En lo que resta del año las probabilidades sobre 90% se mueven entre condiciones normales y una Niña Costera débil., señala el columnista. | Foto: Andina
En lo que resta del año las probabilidades sobre 90% se mueven entre condiciones normales y una Niña Costera débil., señala el columnista. | Foto: Andina

La respuesta es: probablemente no. El clima de la costa peruana y en general de las poblaciones en los valles que vierten sus aguas en el Pacífico son muy dependientes de las temperaturas de la superficie del mar frente a nuestras costas. Ya lo vimos con extrema claridad en el tímido invierno de 2023 por el calentamiento del mar que supuso el Niño Costero y el Niño Global.

Este año, con las costas más frías que lo habitual, el camino hacia La Niña Global y su versión costera; la misma que cuando está presente en particular entre julio y septiembre es condicionante de los inviernos muy marcados. Así fue el caso de 2007, 2013 y 2022.

Bueno pues, el clima es dinámico y las proyecciones se van actualizando según avanza el tiempo y las más recientes corridas de los modelos climáticos.

El jueves el Centro de Predicción del Clima desde la NOAA en EE.UU. indicó en su previsión mensual del ciclo El Niño/La Niña lo siguiente: “El equipo de pronosticadores también favorece el desarrollo de La Niña durante julio-septiembre porque el ritmo de enfriamiento se ha desacelerado desde el mes pasado”.

Esta frase contraviene el pronóstico emitido a fines del verano cuando se pensaba que La Niña se formaría en junio y agosto. Es decir, se “patea” para más adelante la formación de La Niña y además se estima su magnitud entre leve y moderada. Todo esto en relación al evento global.

En el caso peruano y con la incidencia de La Niña Costera, Enfen se ha manifestado ayer en el sentido de que en lo que resta del año las probabilidades sobre 90% se mueven entre condiciones normales y una Niña Costera débil. Es decir que, si bien el invierno sería muy próximo a lo normal, el sesgo hacia un invierno particularmente intenso no sería muy probable.

Siempre es bueno recordar que la predictibilidad de las condiciones costeras es compleja. Los modelos desde la primavera de 2023 insistían en que no tendríamos lluvias intensas tipo El Niño en verano (cosa que ocurrió). Fueron mucho menos agresivos respecto de la intensidad de El Niño Costero en verano frente a Enfen. Ahora tampoco indican ni siquiera condiciones de Niña Costera. Por lo menos los modelos más importantes y por lo menos para los próximos tres meses que son los que suelen ser los más fríos del año.

Nuestro frío invernal tendrá impactos positivos en la economía. En el agro, ayudará a normalizar las campañas de cosecha de Palta 2025. La 2024 está aún muy golpeada en el norte y hará lo mismo con los olivos en el otro extremo de la costa. Esto por citar dos casos particulares.

La pesca ha sido estelar esta primera temporada industrial donde se llega a completar la cuota asignada.