Resaca electoral

Pedro Sánchez mostró su satisfacción por haber logrado el acuerdo de retirada y la correspondiente declaración política de los Veintisiete. (Foto: EFE)

Andalucía es la región autónoma española más poblada y también la más internacional, por eso de los toros y las sevillanas. Quizá no es la más poderosa económicamente, pero sí tiene un peso político particular. Es el “coto” socialista por excelencia. Sus 37 años ininterrumpidos de gobiernos socialistas avalan la expresión. No hay otra región que ostente este dudoso récord.

Nada nuevo prometía una nueva contienda electoral. Mas, vive Dios, ocurrió lo inimaginable: cayó derrotada la izquierda. No obtuvo mayoría absoluta. ¿Qué pasó? Los errores de Sánchez los ha pagado su colega andaluza.

¿Dónde están? Es la tendencia esquizofrénica del presidente, diciendo un día una cosa y, al siguiente, la contraria; son esos pactos con independentistas, o con la extrema izquierda; y sus problemas para defender la monarquía o la idea de España, a carta cabal.

Estos resultados han causado un revuelo electoral. Y todo puede pasar.
Todos se consideran llamados a gobernar, incluso la propia presidenta socialista porque –cierto es– su partido es el que más escaños ha sacado. El Partido Popular, que también ha perdido votos, entiende que debe gobernar por ser el más votado de la derecha. Ciudadanos, de centro derecha, ha subido puestos y pretende gobernar con los votos de los dos anteriores.

Y ha aparecido un partido nuevo, que suma el 30% de los votos respecto al Partido Socialista, y el 12% de los escaños en el Parlamento. Apenas hizo campaña, más allá de lanzar mensajes tremendistas: no quiere inmigrantes ni autonomías y un montón de cosas. Se les llama fascistas. Aunque no será tan fácil ubicarlos políticamente. De momento ha recibido votos de la derecha y también socialistas. Este revolcón es un anuncio. Un aviso para navegantes.

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