Los tiempos han cambiado tremendamente. Hace décadas, el decimista Nicomedes Santa Cruz hizo famoso su texto “A cocachos aprendí mi labor de colegial”. Hoy los niños aprenden en medio de amenazas y explosiones. El miedo de los niños ya no es el castigo por una mala nota; sienten pánico por ir a la escuela y no volver ilesos. Los colegios dejaron de ser lugares seguros porque las autoridades han dejado avanzar a la delincuencia.
Primero, fueron los mensajes extorsivos a los directores y profesores. Luego, llegaron las amenazas escritas, atadas a una granada de guerra, en la puerta de los colegios. Un día detonaron los explosivos. Algunos colegios se trasladaron a la virtualidad por temor, pero, allí tampoco están seguros. Los criminales lograron infiltrarse en la sesión virtual para seguir amenazando.
Cerca de 500 colegios a nivel nacional son blanco de extorsión y existe un dato grave: el ministro de Educación lo supo desde septiembre del año pasado. Así como lo lee: hace seis meses, Morgan Quero recibió de primera mano la evidencia de los colegios que venían siendo extorsionados. Fue el 12 de septiembre de 2024, durante una reunión en las instalaciones del Minedu.
Los representantes del colectivo Educar entregaron al ministro información documentada sobre las amenazas. Lo que recibió el ministro no fueron chismes ni rumores, eran pruebas que podían llevar a organizar un plan para evitar atentados con explosivos en los centros educativos. ¿Qué hizo el ministro? Giannina Miranda, presidenta de la Asociación de Promotores de Educación Inicial (APEI), responde: “Quero ni siquiera abrió el sobre para revisar el contenido; simplemente, lo hizo a un lado”.
Hoy, seis meses después de aquel encuentro, Quero asegura que “solo existen 28 denuncias”. Efectivamente, solo esa cantidad se atrevió a denunciar, porque a los demás el miedo los paraliza. Guido Quintanilla, presidente de la Asociación Nacional de Colegios Privados (Anacopri), menciona que, cuando algunos directores fueron a denunciar a las comisarías, minutos después recibieron llamadas de los criminales diciendo: “¿Fuiste a buscar padrino?”.
Cuando todos esperamos acciones contundentes para evitar más atentados en colegios, el Gobierno lanza como medida novedosa algo que ya existe: las brigadas de padres de familia al ingreso y salida de escolares para ayudarlos a cruzar la pista. Le trasladan a los padres de familia lo que es obligación de las autoridades. Morgan Quero no entiende que los padres no son los encargados de enfrentarse a criminales. Esa es tarea del Estado.
Al ver que algunos directores decidieron como medida urgente trasladar las clases a la virtualidad, el ministro Quero se subió a la idea proponiendo la plataforma Perú Educa, para evitar infiltraciones de delincuentes en el ciberespacio. Olvida que su función y la del Gobierno es solucionar el tema de fondo: la inseguridad que ahora alcanza a niños en edad escolar.
El Gobierno de Dina Boluarte y sus ministros ha hecho del abandono de sus funciones una manera de actuar.
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