(GEC)
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Como no podía ser menos, el Movadef (Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales), brazo político de Sendero Luminoso, hizo esta semana su ingreso oficial en la contienda para definir quién ocupará la Presidencia la República, con un comunicado público donde anuncian que se pliegan a los “sectores progresistas y democráticos para echar abajo la Constitución neoliberal del ’93. Y poder (ir) avanzando en desarrollar el camino del pueblo hacia el socialismo”.

Un apoyo decidido al punto central, estratégico, del plan de gobierno de Perú Libre, con el que, además, como aquí mismo se ha dicho, la tropa de Pedro Castillo y Vladimir Cerrón busca destruir o copar las instituciones que sostienen la democracia peruana para “tomar el poder” y atornillarse a como dé lugar.

El Movadef es una organización fundada y sostenida por parientes y seguidores de los terroristas presos, a los que se han ido sumando los senderistas que recobraron con los años su libertad. De influencia notoria en el magisterio, a través del Conare, una de sus principales banderas políticas es la amnistía al genocida Abimael Guzmán.

Y por si quedaran dudas lo explica el propio general PNP Carlos Morán en la entrevista que publicamos hoy mismo: “El Movadef es Sendero Luminoso reciclado y está haciendo campaña. No han renunciado a su ideología, la del pensamiento Gonzalo y están apostando por otro tipo de accionar político”.

Confirmando las palabras de este distinguido oficial del GEIN, se recordará que esta organización pretendió incluso inscribirse como partido político en el Jurado Nacional de Elecciones, solicitud que fue rechazada definitivamente por sus planteamientos ideológicos contrarios a la defensa del sistema democrático.

No debe extrañar a nadie, entonces, que en su iracunda respuesta a una nota de Perú21, el Movadef vuelva a despacharse en contra de la democracia peruana –”¿Democracia? ¿Cuál democracia?”, sostienen– mientras reafirman su apoyo a las propuestas de Perú Libre. Dime quién te abraza y te diré quién eres.

Aquí pues no hay lobos disfrazados de corderos. Es el lobo mismo, sin disfraz y a aullido pelado, el que está amenazando acabar con el modelo económico y social que, en estas últimas décadas, y a pesar de todo lo que falta perfeccionar, encaminó al Perú por la senda del crecimiento.

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