La reciente agresión protagonizada por mineros ilegales contra Summa Gold, en Huamachuco, es una clara alerta de la situación crítica que atraviesa la seguridad ciudadana. Ante estos hechos, se hace más imperativa que nunca la declaratoria de un estado de emergencia en la provincia de Sánchez Carrión y para La Libertad.
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No caigamos en el error de ver este atentado como un hecho aislado, que enfrenta otra empresa minera. Este acto de terror fue un ataque directo a trabajadores que desean regresar a casa sanos y salvos tras su jornada laboral. Esta embestida es una brutal agresión contra hombres y mujeres que se esfuerzan para salir adelante. Es una afrenta contra familias comprometidas a trabajar de manera honrada y responsable, y alcanzar un mejor futuro para ellos y sus seres queridos.
En la región norteña, son miles los peruanos que sufren por la minería ilegal, una actividad que explota a sus trabajadores, abusa de mujeres y niños, y busca expandirse a cualquier costo, atentando contra los derechos humanos, atropellando a las personas y empresas, sometiendo a las poblaciones en zonas rurales e incluso en zonas urbanas, donde debería haber mayores garantías de seguridad y bienestar por parte del Estado.
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¡Necesitamos un estado de emergencia ya! Desde hace meses, autoridades y empresarios han solicitado esta legislación especial para toda La Libertad y para la provincia de Sánchez Carrión, pero no ha habido respuesta.
¿Estamos comulgando con estas actividades ilegales? Vemos cómo se cierran pequeños negocios o se expulsa a los ambulantes en zonas donde no se permite el comercio. ¿Por qué entonces se es tolerante con ese ilegal que corrompe, abusa, contamina y asesina?
Las imágenes sobre el ataque a la única mina formal de Huamachuco, con rifles y granadas, demuestra el nivel de violencia de estas mafias y el desprecio por la vida de los seres humanos. Pero evidencia también, de forma contundente, la zona donde se encuentran los ilegales, conocida como el Bosque Polo, donde tienen sus socavones escondidos por la vegetación, amedrentando a todos a su alrededor.
Las acciones de control contra el crimen organizado en La Libertad no están logrando los resultados esperados. Mientras hay un estado de emergencia en Pataz, proliferan las mafias en las provincias vecinas. Y, en cuanto culminó el operativo de interdicción realizado hace algunas semanas en Huamachuco, se instalaron nuevamente las maquinarias de los ilegales.
Es crucial que las autoridades se pongan del lado de la ciudadanía y aborden esta problemática de manera efectiva. Si permitimos que la minería ilegal imponga sus reglas por encima de la ley, estaremos destinados a convertirnos en un Estado fallido.
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