Reseña de ‘Tiempo para mí’, la nueva comedia de Netflix

La vida de Sonny (Hart) parece ser ideal. Está casado con una exitosa arquitecta (Regina Hall), con quien tiene dos hermosos hijos. Pero, cuando su esposa se toma unas vacaciones con los niños, Sonny se da cuenta de que por primera vez en su vida puede dedicarse a sí mismo en lugar de estar monitoreando la vida de otros. En su pequeño “viaje de descubrimiento” lo acompañará Huck (Wahlberg), su amigo de la infancia que aún posee cierta mentalidad infantil. En la travesía que ambos tomarán, descubrirán sus falencias: Sonny necesita afirmar más su posición y asertividad, mientras que Huck debe darse cuenta de la inmadurez que mantiene a pesar de sus 40 años.

Es interesante que Mark Wahlberg, a pesar de participar como actor secundario, apueste por realizar este tipo de películas. El artista ha tenido un camino zigzagueante desde sus inicios en Hollywood, sin lograr un rumbo siempre ascendente, como sí lo han hecho actores como Brad Pitt o Leonardo DiCaprio. A pesar de contar con un gran carisma, agilidad y destreza, Wahlberg no ha podido seguirles los pasos ni lograr una audiencia local, como sí lo consiguieron sus colegas. Aun así, ha logrado una carrera destacada. Al no estar atado a ningún concepto sobre los tipos de personajes que podía interpretar, se le abrieron mayores puertas para participar en distintos proyectos. Acción, ciencia ficción, comedia y más. No parece que haya un género que Wahlberg se niege a hacer.

Y lo hace bastante bien. Por lo menos lo deja en claro en Tiempo para mí. Aunque Kevin Hart es el protagonista, Wahlberg es quien destaca y se roba el show.

Y si bien nuevamente tenemos al frente una comedia algo prevista, con algunos gags ya usados hasta la saciedad, la química y compatibilidad entre ambos actores principales es tan natural y electrizante que esconde muy bien los clichés. Una cinta perfecta para una noche de viernes.