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Neoliberalismo y otros cuentos

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La carta de Dionisio Romero Paoletti.
Fecha Actualización
Luego de que un grupo de empresarios admitiera que aportaron a la campaña de Keiko Fujimori en 2011, ha surgido un debate sobre si la élite empresarial buscaba evitar el triunfo de Ollanta Humala o aportar a un candidato que les daría privilegios de llegar al poder.
Por un lado, diversas personalidades han aprovechado la noticia para afirmar que en el Perú hay un modelo “neoliberal” manejado por empresarios que buscan sus beneficios a expensas de los peruanos. Primero, usar el término neoliberal, el cual es usado de forma despectiva contra los liberales, denota una tremenda ignorancia, dado que no existe una nueva o vieja libertad. Asimismo, si el Perú fuese liberal, no tendríamos excesivas leyes laborales o un Banco Central, SBS, Indecopi, ni muchas otras entidades reguladoras que fomentan todo, menos la libre competencia.
Por otro lado, Humala sí representaba un riesgo para la economía y la democracia, pero, si de verdad a la élite empresarial le importase el libre mercado, habrían apoyado la creación de organizaciones –think tanks– que difundan las ideas capitalistas a los ciudadanos y no habrían esperado un ballotage entre el socialismo de Lula y el mercantilismo fujimorista.
Los empresarios aportantes deben dar muchas explicaciones y, de preferencia, más creíbles que las ya vertidas. Asimismo, aquellos que buscan definir nuestro modelo mercantilista como liberal deberían estudiar un poco más de historia y economía, para que se den cuenta de que nuestro país está lejos de ser un país socialista, pero mucho más lejos de ser un paraíso liberal. Porque si fuésemos un país liberal, la intervención estatal estaría alejada de las empresas, y los empresarios se regirían por el libre mercado, sin capacidad de recurrir al Estado en busca de privilegios o favores.