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Necesitamos empresarios, no CADES

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Más de una vez le preguntaron a Milton Friedman cuáles eran las responsabilidades sociales de una corporación. Respondió: “La responsabilidad de una corporación es ganar tanto dinero para los accionistas como sea posible”. Siguiendo este vínculo leerán una discusión sobre el tema: https://bfi.uchicago.edu/news/feature-story/corporate-social-responsibilty-friedmans-view. Yo solo la quiero usar como punto de partida.
En mercados competitivos, la libre interacción de los individuos genera el máximo bienestar posible. El Estado interviene para promover la equidad, a partir de visiones como la socialcristiana, la liberal, la Rawlsiana, la propuesta por Sen, u otras.
La gran mayoría de los mercados no son competitivos, sin embargo. El Estado debería promover la competencia. Y debería intervenir en la economía para corregir las fallas de mercado. No hace ni una cosa ni otra.
Y no lo hace, en parte, porque los empresarios no lo son. Son mercas. Le piden prebendas al Estado. Así ganan dinero: excluyendo con la billetera a los moralmente aptos, o los que no pueden pagar. No solo validan la corrupción coimeando o financiando a varios candidatos, como si estuvieran en las carreras de caballos. Generan la corrupción. Nos enseñaron, después de todo, que la demanda genera oferta en mercados competitivos, como el de la corrupción.
Así que, en vez de seguir el ritual social de la CADE de todos los años, innoven, adopten códigos de gobierno corporativo ambiciosos, internacionalícense, apuesten por las regiones, contraten chicos de otras unis o sin uni, finánciense en el mercado de capitales, asóciense para comprar distribución internacional, etcétera. Sean empresarios.
Que tengan dinero, muchas veces gracias a prebendas, tampoco los hace especialistas en política o políticas públicas. Sean empresarios.
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