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Redacción PERÚ21

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Carlos Tapia,Opina.21ctapia@peru21.com

Ante la pregunta que si consideraba preparada a Nadine para gobernar el país, el presidente contestó a la entrevistadora de CNN que su esposa estaba preparada, que era una brillante líder política del nacionalismo, etc. No dijo que sí estaba preparada para gobernar el Perú (lo que hubiera sugerido el apoyo a la tesis de Abugattás: Nadine-2021), aunque añadió que ese tema no era de la preocupación de la pareja presidencial (pura mentira).

Recordemos que la declaración del congresista Gastañaduí –primo de Nadine– ya había puesto las cosas en su lugar (Ollanta Humala-2021), poniendo orden en el tramado de las intenciones y perspectivas que se están discutiendo. Yo mismo, en otro artículo, consideré que podría encabezar la lista congresal por Lima. Pero fue un error. ¿Nadine congresista?, ¿leyendo el reglamento del Congreso?, ¿polemizando?, ¿asistiendo a comisiones estando en minoría? Nadine juega y jugará un rol muy importante en el nacionalismo, pero no es un cuadro político, ni programática ni organizativamente. Es decidida y pragmática, le aburren las discusiones; se engolosina con el poder y sabe mover sus hilos. Le gusta mandar y ser obedecida, por las buenas o por las malas. Definitivamente no irá al Congreso.

Pero aspira a tener una cuota de poder cuando su esposo deje la presidencia. La alcaldía de Lima le caería bien; es un cargo político-ejecutivo. Más aún cuando durante enero 2015-julio 2016, gozaría de todo el apoyo del gobierno para préstamos internacionales, que le garantizarían la ejecución de obras reclamadas por la población menos favorecida (que eso sí le gusta y lo siente). Goza de simpatía y es audaz. Desde allí podría encabezar la verdadera oposición al próximo gobierno y defender la gestión de su esposo. Ahora ser congresista no favorece una carrera política.