La economía registró en el mes de agosto su cuarta caída consecutiva y la sexta en lo que va del año. Esto implica que el tercer trimestre terminará también en rojo, ratificando, a su vez, que estamos en recesión. Una realidad que no parece inmutar al Gobierno.

Sin embargo, para los peruanos de a pie se trata de una realidad que viene cobrando visos de dramatismo desde hace meses. Nos referimos a las amas de casa que cada día van al mercado para parar la olla, a los pequeños y medianos comerciantes que se quedan con sus mercaderías, a los ciudadanos que desde principio de año están engrosando las filas del desempleo, para no hablar de los agricultores que ven amenazadas sus campañas.

Desde Perú21 ya advertimos los riesgos de que el PBI tuviera un desempeño cercano al cero durante 2023, pues implicará menos empleo, menos inversiones y más pobreza

Lo sorprendente, insistimos, es que pareciera que el Ejecutivo se resiste a darse por enterado, enfocado como está en propuestas improvisadas, populistas y retorcidas alianzas con el Congreso, que lo suyo –y no poco– tiene también de culpa al promulgar leyes que solo empeoran la economía nacional.

No es, pues culpa del MEF solamente, como ha hecho notar Gianfranco Ferrari, CEO de Credicorp, en recientes declaraciones a Gestión, sino del gobierno central en su conjunto, que ya perdió peso en lo que es esencial: generar confianza tanto en la ciudadanía como entre los inversionistas

“La confianza es algo que se construye de a pocos y se destruye en una. La hemos venido destruyendo consistentemente desde hace cinco o siete años. Al no haber confianza, el apetito por invertir se reduce y hoy estamos donde estamos. Creo que la confianza no se gana diciendo vamos a hacer: la confianza se gana haciendo. Los motores de crecimiento en el Perú se apagaron todos y estamos como en un ‘loop’ de no saber cómo prenderlos de nuevo”, ha señalado Ferrari.

Se ha retrocedido, además, en factores básicos, claves, como Salud y Educación y, en cuanto a reformas, ha habido más espacio para contrarreformas que para leyes que apunten al progreso del país, explica.

Y no le falta razón al empresario. Si el Estado mismo no se activade inmediato, los peruanos vamos a terminar pagándolo muy caro.


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