Mónica Delta: El país de la pesadilla

Primer acto: una joven de 24 años atropella a delincuentes en moto después de ser asaltada con la modalidad del bujiazo en San Isidro y hoy se encuentra en problemas policiales.

Segundo acto: un deportista del boxeo descubre in fraganti a ladrones en su automóvil, los persigue y alcanza a uno de ellos. Previo 'estatequieto', lo lleva a la comisaría. ¿Y qué creen? Puede pasar de víctima a victimario porque el "faltoso", no podemos decirle delincuente por ley, es menor de edad.

Tercer acto: miles de personas intentan invadir un terreno que es patrimonio arqueológico en Tablada de Lurín; la Policía, en cantidad menor, es criticada por usar la fuerza y armas reglamentarias. El gobierno sindica como responsable al alcalde de Villa María del Triunfo por prometer entregar lo que no le corresponde.

Cuarto acto: tras la pausa que la Southern ha proclamado para restablecer el "diálogo" en Tía María, el gobierno deja a un contingente policial prácticamente sin rancho y sin instalaciones adecuadas para dormir con el fin de mantener el orden en el valle del Tambo.

Quinto acto: el 'lentejólogo' dirigente encargado de organizar las protestas en Tía María, Pepe Julio Gutiérrez, con sentencia firme y quien rompió a todas luces la buena conducta exigida por la ley, es tratado con guantes de seda por una jueza que parece más preocupada por enmendar a periodistas que por impartir justicia y prevenir hechos que afectan la seguridad y el desarrollo nacional.

Sexto acto: un presidente que ha perdido la confianza de la inmensa mayoría de peruanos porque no sabe explicar cómo cambió de color su polo y su tinte ideológico. Pasó, sin anestesia, de un lenguaje profundamente antiminero a todo lo contrario.

Séptimo acto: un alcalde de Lima que se quedó estampado en su mudez y no entendió que, aunque su antecesora no hizo mucho o nada, en la percepción de la gente se instaló la idea de buscar una ciudad más democrática y amigable con el ciudadano y con el medio ambiente. ¿Cómo se llama la obra?