[Opinión] Richard Arce: ¿Ministerio de la Familia?

“Es importante entender que este no es un problema sintáctico o de nomenclaturas; el hecho de que exista un Ministerio de la Mujer visibiliza la necesidad de reconocer las inequidades”.
[Opinión] Richard Arce: ¿Ministerio de la Familia?

La última pachotada del Congreso busca promover un proyecto declarativo –solo de buena intención– que evidentemente no tiene implicancia legal, pero sí genera un terrible precedente en una sociedad machista como la peruana.

Es importante entender que esto no es un problema sintáctico o de nomenclaturas, al contrario, el hecho de que exista un Ministerio de la Mujer visibiliza la necesidad de reconocer las inequidades y desigualdades que existen en una sociedad patriarcal, donde las mujeres son excluidas tradicionalmente y, lo más grave, son víctimas de violencia en sus propias familias.

El objetivo de la relevancia del nombre del ministerio es garantizar que no se invisibilice la desigualdad que existe entre hombres y mujeres, justamente en una sociedad donde las condiciones sociales, el trabajo o cualquier espacio siempre se constituye en desmedro de ellas, que además sufren violencia y discriminación desde niñas.

La extrema izquierda y derecha del Congreso deben entender que por estas posiciones anacrónicas nuestra sociedad todavía necesita que el Estado tenga un Ministerio de la Mujer para defender, proteger y restituir los derechos de las niñas y las mujeres, sino que revisen los índices de violencia contra la mujer que avergüenzan a nuestra sociedad.

Ojo, el machismo no es patrimonio solo de los hombres. Al contrario, los estereotipos y esquemas mentales que impone una sociedad patriarcal como la peruana son respaldados por muchas mujeres que transmiten por generaciones estas estructuras de dominación.

Hay que explicar a los radicales de Perú Libre que las personas son ciudadanos con derechos, que esto no depende de ninguna estructura social. Una mujer no tiene derechos por ser parte de una familia, los tiene por su condición de ser ciudadana.

Lo que tememos es que este proyecto declarativo termine persuadiendo al Ejecutivo para que, en el uso de sus atribuciones, efectivamente cambie de nombre al Ministerio de la Mujer. Basta ver los antecedentes del presidente Castillo, que prioriza su culto y coincidencias con los ultraconservadores.

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