(Mario Zapata)
(Mario Zapata)

Redacción PERÚ21

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En el Día del Trabajo, Perú21 entrevista a un experto en temas laborales, quien nos brinda una amplia visión de la problemática del empleo en el Perú, así como de las perspectivas de evolución del mercado de trabajo entre los jóvenes.

Aún siete de cada diez personas trabajan en la informalidad, ¿diría usted que es un problema relacionado con los altos costos de contratación o hay otros factores?Hay muchos factores. Los costos son una de las causas, pero la informalidad tiene que ver especialmente con la cultura. Así como compramos un CD pirata, también es normal trabajar fuera de planilla, tanto para el empresario como para el trabajador. Vivimos en una cultura de lo informal, donde lo importante es el hoy y no la previsión, ni la seguridad. Esta cultura, tan presente en nuestra sociedad, más los costos y la rigidez laboral son las causas de la informalidad. Y esta incluye la informalidad tributaria, la ausencia de las licencias de funcionamiento y el incumplimiento de las normas en lo que a regulación ambiental se refiere. Normalmente el informal laboral no lo es solo en el trabajo, sino que es un informal consecuente.

Pero también se afirma que el nivel de capacitación de los trabajadores es muy bajo, en consecuencia su productividad también lo es. Hay quienes sostienen que el sueldo mínimo sobrevalúa el aporte de los trabajadores a la empresa.El Perú no cuenta con un sistema óptimo de productividad e incentivos para la formación profesional. Los trabajadores tienen pocos estímulos formativos. El Estado tampoco se compromete mucho con la capacitación laboral. No hay una conexión entre el aula universitaria y el centro de trabajo. Las profesiones que se dictan no son las que se demandan. De las pocas experiencias positivas estatales o tripartitas, podemos mencionar al Senati. Este es probablemente el único ejemplo excelente en el que las empresas industriales, el Estado y los trabajadores tienen un sistema tripartito educativo.

En este contexto, ¿cree que el gobierno debería aumentar la remuneración mínima vital (RMV)? ¿Cuáles serían los puntos a favor y en contra? ¿Cómo afectaría esto a las micro y pequeña empresas?Yo creo que la RMV tiene que aumentarse por dos razones. La primera es que ya ha pasado tiempo desde el último aumento y ha habido un incremento del costo de vida; por eso es necesario un incremento de la RMV, pero no debería ser general, sino en foma escalonada. Se podría establecer un monto menor para la microempresa, porque su productividad e ingresos son distintos a los de una mediana o una gran empresa. La segunda razón es que esta medida beneficiaría al trabajador y su familia. Este tipo de trabajadores se ubica principalmente en los sectores agrario y de servicios, por lo que, adicionalmente, el incremento de la RMV permitiría mayor liquidez y contribuiría a dinamizar la economía.

Es preocupante la alta tasa de desempleo de los jóvenes. ¿Por qué fracasó la ley del régimen laboral juvenil?Yo creo que fracasó por dos factores: un sistema de comunicación inadecuado por parte del gobierno, que impidió que se conocieran los beneficios de la norma; y la desatención de los jóvenes sobre lo que realmente quieren, porque el desempleo juvenil es tres veces mayor que el promedio de la población. Los jóvenes son los peores pagados y los más informales. Hubo también una falta de comprensión sobre los beneficios que generaba la norma. Creo que hay dos temas que hubieran mejorado el entendimiento. Esto es, la obligación de que el Estado y las empresas contraten a los jóvenes destacados; y que se les otorgue por lo menos la mitad de los beneficios laborales, sin quitarles la CTS y la gratificación.

¿Se rescatará el importante aporte que la propuesta de ley señalaba al plantear incentivos tributarios para que las empresas inviertan en capacitación?Yo creo que el diálogo tripartito, entre la empresa, el Estado y los trabajadores es fundamental. Tal vez se le puede pedir al Estado que este último año se dedique a generar las bases de una reforma laboral consensuada. Es decir, que en el Consejo Nacional del Trabajo a propósito, en este gobierno casi no ha funcionado se debata cuáles son las piezas claves de la reforma laboral; que busquen la formalidad, la protección en planillas y algo que es fundamental la cobertura de seguros.

¿Cómo dinamizar los mercados laborales en provincias? ¿Los programas de colocación laboral como Jóvenes a la Obra o aquellos que procuran transparentar los mercados por medio de bolsas de trabajo que integran demanda de empresas con oferta de trabajadores podrían ser funcionales? Sin duda alguna. Cuando se habla de mercado de trabajo, a veces se tiende a concentrar el análisis en el mercado urbano limeño, pero debemos tener presente que un poco más de la mitad de la PEA está fuera de Lima. Evidentemente ahí el Estado ha desatendido muchísimo a las provincias, en especial las áreas rurales, y ahí se tiene que trabajar en una reforma que apueste por reconocer la realidad laboral de las distintas regiones. Esto es clave. No puede ser que la zona más productiva del país sea Moquegua, donde está la gran minería, y que esto obedezca solo a esfuerzos privados, pero no porque el Estado haya hecho algo.

AUTOFICHA

■ "Me encanta el derecho laboral y tengo la bendición de hacer lo que me gusta. Por eso trabajo en Miranda & Amado, soy docente en la Universidad Pacífico, la Universidad de Piura y en la Pontificia Universidad Católica del Perú, mi alma máter".

■ "He tenido la suerte de ser consultor laboral en organizaciones internacionales como la OIT, Cepal, USAID y el Banco Mundial. Esta experiencia me permitió conocer la realidad de otros países y compararla con nuestro querido Perú".

■ "Estar en planilla y con seguro es un privilegio en el Perú. He apoyado a funcionarios para sacar adelante reformas que permitan que la mayoría acceda a los beneficios laborales. Tengo que prepararme más, pues solo una vez pudo implementarse una iniciativa".

Por Giovanna Prialé (giovanna.priale@peru21.com)

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