Los dolores de cabeza o cefaleas son parte de la vida diaria de los adultos y eso lo entendemos. Sin embargo, cuando uno de nuestros hijos se queja de dolor de cabeza (en ausencia de fiebre o alguna infección), tendemos usualmente a minimizarlo o peor aún, no creerles.
Pero los niños también tienen dolores de cabeza y dentro de ellos, las Migrañas. Ciertamente, no es tan frecuente como en los adultos, pero sí alrededor del 5% de los niños la tienen. Lo curioso es que, al revés de lo que encontramos en los adultos, son los niños y no las niñas, los que tienen más migrañas.
La presentación de las migrañas en niños es diferente a la de los adultos. Recuerden siempre, los niños No son adultos chiquitos y la presentación de muchas enfermedades es diferente a la de los adultos. Y esto se ve justamente en migraña.
Conocer las características diferentes con la de los adultos es importante, y por ende, responsabilidad de los padres saber y poder identificar el momento en que su hijo presenta un episodio de migraña. El dolor pulsátil en un lado de la cabeza característico de los adultos se pierde, para presentarse como un dolor constante preferentemente en las sienes que puede o no estar asociado a náuseas. La palidez que presentan los niños durante el ataque y el hecho de querer estar echado sin moverse es una característica importante de la migraña. La duración del episodio es más corto, alrededor de 2 horas, y al terminar este, el niño retoma su vida activa. Es por este fenómeno que hace pensar a los padres que el niño estaba “fingiendo”. ¿Cómo puede estar con tanto dolor hace unos minutos y ahora está jugando? Así es la migraña en niños.
Para redondear el diagnóstico, si a estos síntomas y signos le agregamos el hecho de que un familiar cercano presenta ataques migrañosos, se está (con un 90 % de certeza) frente a un Niño Migrañoso.
Una característica de la migraña en niños son los mareos frecuentes cuando van en el carro, vomitar de forma seguida sin motivo aparente y otro hallazgo importante en los niños que presentan este desorden, es la presencia de dolor abdominal de causa no precisada. Ellos pasan por una serie de evaluaciones y análisis que usualmente no demuestran mayor alteración. En algunos casos extremos pueden ser intervenidos con el diagnóstico de apendicitis aguda, siendo el apéndice normal. Recientemente, en un estudio publicado se ha asociado ese conocido dolor de piernas que tienen los adolescentes que siempre se le ha achacado al “crecimiento”, al hecho de desarrollar migraña en la pubertad. A todos estos síntomas se les conoce como Equivalentes Migrañosos.
Recuerden, el diagnóstico de Migraña es clínico. Hagámosle caso al niño cuando dice que le duele la cabeza. Observen bien si presentan estos síntomas que hemos detallado. En promedio, un niño se demora 3 a 4 años antes de llegar al médico por dolor de cabeza. Aliviémosle esa espera. Recuerden, los niños no van al médico, son los padres quienes los llevan, de ahí su doble responsabilidad.