La melena de Medusa

El domingo, IDL-Reporteros difundió unos audios que agrupó bajo el título de “Corte y corrupción”. Luego de oírlos, la imagen de Medusa aparece de inmediato en nuestra memoria: ese monstruo mitológico que petrificaba con la mirada y que tenía un pelo que no era otra cosa que un revoltijo de víboras que –de ser cortadas– rebrotaban y se multiplicaban. Medusa aterró a los hombres hasta que Perseo logró reflejar en sus ojos su propia mirada, usando el escudo brillante que le regaló Atenea.

La publicación de IDL ha logrado exponer a la Medusa: el Consejo Nacional de la Magistratura es la cabeza de donde la corrupción crece y se multiplica. Ahora toca que el Estado le corte la cabeza al monstruo que lo gangrena. Lo que incluye otras manos negras, por ejemplo, ¿quién es el dueño de Telesup? ¿No es el señor José Luna? ¿No es quien recientemente fue acusado de doblar la ley frente a la ONPE, usando a un designado por el CNM? No podemos olvidar que el CNM nombra al jefe de la ONPE.

Estamos frente al corazón que irriga corrupción a la justicia nuestra de cada día. Esa que les hace trizas la vida a millones de peruanos que ven en la administración de justicia un laberinto infernal. El CNM es, nada más y nada menos, la institución que se encarga de nombrar, ratificar o destituir a los jueces y fiscales en el Perú. Pero, como si esto fuera poco, es también la que nombra a las cabezas de la ONPE y el JNE. Es la institución que sostiene uno de los pilares de la república.

De nada servirá sancionar de cuando en vez a corruptos si –como en el mito griego– el CNM sigue portando la melena de Medusa. Ahora, en este diario consideramos que la indignación que todos sentimos debe transformarse en acciones concretas. Y creemos que el presidente Vizcarra ha dado un paso hacia el camino correcto: la invocación del artículo 157 de nuestra Constitución, que permite la remoción inmediata de los miembros del CNM si es que dos tercios del Congreso así lo disponen.

Desde Perú21, invocamos, entonces, al Congreso a ser Perseo y enfrentar a la corrupción. Y a no quedarse petrificado frente a tanta bellaquería. La historia los mira atenta.

No olvidemos a Eyvi Ágreda y Juanita Mendoza, víctimas del odio y el machismo.