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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

La conflictividad social seguirá creciendo, principalmente porque este gobierno ha hecho muy poco por enmendar décadas de abuso estatal en favor de empresas privadas que explotan recursos naturales. Hoy, con la desaceleración económica en ciernes, los recortes de las transferencias por canon hacia las regiones llegarán hasta 50%, en algunos casos. Eso significa menos obra pública y, por lo tanto, menos actividad económica y menos empleos. ¿Alguien cree que la salvaje destrucción de colegios en el Cusco para llamar la atención y presionar por más presupuesto es una advertencia vacía? ¿Una humorada de gente ociosa?

El largo abandono desde el Estado ya hacía difícil para los actores privados negociar con las comunidades y las regiones; pero en un escenario como este, es de esperar que los instigadores (otra subespecie de garrapata política) utilicen el argumento manido y falaz de que las empresas se llevan todo y no dejan nada y cuando los precios caen, arrebatan, quitan, matan.

En Loreto las cuatro cuencas cercanas a la operación petrolera del Lote 192 han advertido que si Petroperú le cede la concesión a Pluspetrol (que es lo más probable), se levantarán (ya vimos lo que pasa cuando la selva se levanta). En Junín, aunque, se haya levantado el bloqueo de la carretera, el dilema de La Oroya está lejos de acabar y ya hay al menos un muerto.

Quizá el mayor error que Ollanta Humala haya cometido contra sí mismo, como decía el Dr. José Godoy, sea no tener una estrategia de salida del poder. Y si no hace algo drástico y popular pronto, lo habrán de pagar él, su esposa y el país (gobierno debilucho acosado por enemigos). Son muchas las regiones en las que se siente el malestar tras una farra de más de 20 años, en las que unos se emborracharon pero otros sufren la resaca.