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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

"Hay que bajar las tasas de los créditos para los peruanos […]. Los jóvenes están ahorcados con las deudas", afirmaba un afectado Alan García frente a un incrédulo Raúl Vargas, quien, por supuesto, sabe perfectamente que eso no se puede hacer desde el gobierno y que, por lo tanto, el ofrecimiento de García es un imposible. Y García también lo sabe. Y lo sabe porque en su gobierno defendió el libre mercado y la libre formación de precios dentro de él. De hecho, en varias oportunidades, García se ocupó de decir que las tasas que ofrecían los bancos estaban dadas por las características del mercado financiero peruano –que era muy pequeño– y lo único que hacía el sistema financiero (los bancos) era ajustarse a esas condiciones de oferta y demanda.

Imagino que aquellas declaraciones le deben haber sonado a ruiseñores a Dionisio Romero, porque García también dijo que la concentración dentro del sistema financiero, en el que 4 bancos concentran más del 80% de los créditos y todos los depósitos, es normal en un mercado como el nuestro. En el 2006, cuando García postulaba a su segundo gobierno, ofreció que se terminaría con el oligopolio de los bancos. Por supuesto, no cumplió y olvidó por completo la promesa.

Y ya que hablamos del 2006, García aseguró que renegociaría el TLC con EE.UU. por considerarlo lesivo a los intereses del Perú y de las grandes mayorías. Lógico. Pero luego no solo no lo tocó, sino que durante su gobierno firmó una decena de TLC más.

Y para cerrar, por ahora, García también dice que hay que reformar el Sistema Privado de Pensiones y que hay que alinear las ganancias de las AFP con las de los afiliados, olvidando que la reforma de Humala ya hace eso, porque es un calco de la que García dijo que haría. Y tampoco hizo.