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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

La Sra. Anel Townsend confirmó ayer que Luis "el mágico" Favre está trabajando con César Acuña. Favre estuvo detrás de las campañas que pusieron a Humala en Palacio de Gobierno y que salvaron a Susana Villarán de la revocatoria.

La metodología Favre es vertical: cuando uno lo contrata se compromete a subordinar todas las iniciativas, operaciones y decisiones de campaña a él y a su equipo de trabajo. Los entusiastas o se alinean y se subordinan o se largan. Esto funciona muy bien para Acuña: tiene bases que son la envidia de la mayoría de candidatos, pero no tiene operadores políticos.

Por eso, lo que está haciendo Acuña al contratar a Favre es alquilar una superestructura profesional de campaña. Cuando acabe el trabajo, el cliente se queda con la plataforma. En ese sentido, y dado que en política las coincidencias no existen, es probable que –a diferencia de la revocatoria, a la que Anel llegó primero– la invitación a la Townsend fuese idea de Favre.

Luis Favre estuvo en conversaciones con PPK hasta que el escándalo Odebrecht hizo correr a todos lo más lejos posible de los brasileños y de cualquiera que tuviera alguna relación con ellos. Buscado y reconocido.

En estricto, Favre es un locador de servicios, no le interesa la ideología de quien lo contrata: puede trabajar primero para Alan, luego para Acuña, luego para PPK o Villarán… da igual. Incluso da igual con qué plata le pagan: ¿le ha pedido alguna vez su mecánico explicaciones sobre el origen del dinero con el que usted le compra los repuestos?

Sobre Anel Townsend y, antes que ella, sobre Vladimiro Huaroc, no podemos decir lo mismo. Con su creciente 12%, Acuña aplaude feliz como un niño frente al mago en su cumpleaños.