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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Veamos. Estamos en medio de una desaceleración económica de mercados emergentes. El Perú va a sufrir la desaceleración china y la caída consecuente de los precios de las materias primas que producimos. Según Bruno Seminario, esta caída podría mantenerse por los siguientes diez años. Europa enfrenta serios problemas estructurales y crecerá apenas. Lo mismo aplica para EE.UU., los países asiáticos y los ya mencionados emergentes.

La incertidumbre en los mercados de capitales y la posibilidad de que la FED eleve su tasa de referencia empujarán el dólar al alza en los siguientes meses. La devaluación resultante empujará ligeramente los precios al alza. El fenómeno de El Niño presionará el PBI peruano a la baja, como hace siempre: este año creceremos quizá 2.8% y, si el gobierno no empieza a gastar, quizá el próximo año sea aún menos. Esto afectará la calidad de vida de las familias más vulnerables porque la economía no solo no podrá absorber toda la nueva mano de obra, sino que habrá desempleo en sectores como construcción. El Niño tiene siempre un efecto al alza en los precios de los alimentos (transporte interrumpido, producción echada a perder por el clima). Con los precios al alza y más personas sin empleo, muchas familias regresarán a la pobreza. La ejecución presupuestal y la inversión pública en algunas regiones ya se viene desacelerando, con la consecuente paralización de proyectos: expectativas incumplidas por empleo insuficiente y servicios no brindados o de calidad deficiente. Conflictividad social.

¿Quién podrá salvarnos? Ni idea, pero la gente votará por quien proyecte una imagen autoritaria y credibilidad suficiente asociada a ello. Las urgencias, otra vez, comiéndose a lo importante.