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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

El lunes por la noche, desde Palacio de Gobierno llamaron al embajador de Brasil, Marcos Raposo, para pedirle información oficial respecto a un informe de la Policía de ese país relacionado al caso Lava Jato. De acuerdo a tal informe –que involucra en la investigación a los gobiernos de Toledo, García y el actual–, el presidente Ollanta Humala se habría beneficiado con una generosa donación de US$3 millones de la empresa Odebrecht, la misma que habría sido registrada dentro de los fondos de su campaña electoral del 2011. Es decir, cuando aún no era presidente.

Odebrecht, Petrobras y OAS son las tres más grandes empresas contratistas de Brasil investigadas (y sus dueños han sido detenidos y encarcelados) por tejer una red que obtenía contratos de concesión por toda la región y en la que están involucrados gobiernos, empresas estatales, y jefes de Estado.

Las tres empresas mencionadas han firmado contratos de miles de millones de dólares con el Estado peruano, pero los más grandes son los de Odebrecht con el actual gobierno. El modo de operación era simple: la empresa se aseguraba ganar las licitaciones estatales comprando funcionarios y políticos. La Policía brasileña lo investiga a fondo porque Petrobras es una empresa del Estado y los sobornos que habría pagado son recursos públicos de ese país. La actual presidenta de Brasil está bajo la lupa, lo mismo que el ex presidente Lula. Es esperable que aparezcan más pruebas e indicios que involucren a Humala y probablemente a su esposa, lo mismo que a los ex presidentes Toledo y García.

Tres ex presidentes al banquillo. Quizás, tres ex presidentes sin bancada ni inscripción.

Quizás, después de todo, el karma sí existe.