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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Así es. Desde el martes, la Municipalidad de Lima empezó a verter rocas en la playa La Pampilla para evitar que el mar se siga llevando el resistido tercer carril que va de norte a sur. Desde aquí, ojalá que se lo lleve.

En el intento desesperado, Castañeda malogrará una de las mejores playas que tiene el Perú para la práctica del surf profesional, sin solucionar un ápice el problema del transporte (que en ninguna parte del mundo se soluciona poniendo más carriles). La playa será muy peligrosa pues sin duda el mar arrastrará muchas de las rocas y afectará la dinámica de las aguas. Golpe.

La escalofriante diferencia tácita que se hace entre quienes reclaman por detener las obras de Castañeda en la Costa Verde y evitar que malogre una playa, y quienes piden detener cualquier cosa que no esté en Lima, aunque esta afecte potencialmente vidas y medios de subsistencia (Conga, por ejemplo), es la misma que practicamos a diario y desde hace muchísimos años una gran cantidad de ciudadanos que pasamos de largo frente al predicamento ajeno, como si no nos fuera a tocar nunca. Y entonces nos revientan Tarata y aterrados nos convertimos en parte de un "nosotros" un poco más grande e inclusivo.

Muchos de los que protestan por la bestialidad que Castañeda está perpetrando en la Costa Verde son ciegos a la bestialidad que constituye construir un by-pass en la Av. 28 de Julio en vez del proyecto Río Verde; o que se cargara todo vestigio de reforma del transporte; o que pintara todos los murales de amarillo mintiendo; o que les diera cuatro años más a los salvajes de Orión para seguir matando gente, entre otras perlas. Golpe.

¿Saben quién más se sentaba así en la ciudadanía, sus intereses y la ley? Alberto Fujimori. Golpe.