Luis Davelouis: Esto no está pasando

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Esa noche soñó con Víctor Raúl. El viejo, flanqueado por Armando y por Luis Alberto, sostenía con las dos manos un número 7 como el del comercial del BCP: "¡Mira lo que le has hecho al partido!¡Perderemos la inscripción!".

Alan, sentado en una mesa de Astrid y Gastón, los miraba incrédulo. "Mi aliada Lourdes…". Víctor Raúl no lo dejó terminar: "¿Quién te está hablando de eso, oye, papanatas? Yo me hubiera juntado hasta con el Trump, ese que va a ser presidente del Imperio; ¡estás destruyendo el partido que construimos con décadas de lágrimas, vidas, deportaciones y persecución!".

Luis Alberto continuó: "Años de estudio de la realidad nacional, de filosofía, historia, miles de páginas escritas, años de hambre y cárcel para llegar al Congreso, para acercarnos al poder por el pueblo… ¿y tú ibas a poner a un calato que arma torres de vasitos que nunca leyó nada y ni sabe quiénes fuimos nosotros?". "¡Y encima el calato te tiró arroz!", intervino Armando.

"¡He acercado a otros a nuestros principios!", se defendió Alan. "No entiendes, ¿no? ¡Nosotros somos el Apra conviviente! En el 56 nos aliamos con Prado, que nos sacó la madre hasta el 45, pero él fue presidente dos veces. ¿A quién le ha ganado esa señora? ¡Tú eres el Prado de esta historia, te están salando a ti!".

Despertó empapado. En unas horas tendría que comentar la última encuesta según la cual un advenedizo estaba segundo y él por perder la inscripción de tres partidos de un solo viaje. "El Apra no puede morir conmigo al frente, es imposible. La encuesta es mentira. Yo seré presidente", se dijo.

"¡Juanita! ¿Dónde está mi zunga azul, la que me hace ver más flaco?". "La verdadera encuesta es la de la calle", pensó, y se subió a su carro sonriendo y sintiéndose ganador. Y flaco.

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