notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Ayer, mientras grabábamos Chicharrón de Prensa, Fernando Tuesta dijo: "Lo cierto es que este gobierno ha tenido suerte porque casi todo lo que le pasa es atribuible a sí mismo y no a una oposición implacable, organizada y eficiente que podría ser el caso".

Tiene razón. Es decir, no es que el Congreso –y en especial la bancada fujimorista– no penda como una espada de Damocles sobre la cabeza del Ejecutivo, sino que no ha sido necesario que actúen para meter en problemas al gobierno. Claro, dirá usted, si lo mejor que pueden armar es ese pliego interpelatorio adefesiero, ¿cómo van a ser capaces de hilar fino para ponerle zancadillas sofisticadas al Ejecutivo? Punto para usted, es verdad, pero es precisamente por eso que Tuesta dice que tienen suerte.

El Congreso no tuvo nada que ver con el escándalo Moreno ni con la primera explicación –falsa– que dio el presidente PPK. El fujimorismo no tuvo nada que ver con la elección del Sr. González en el Ministerio de Defensa, su posterior enamoramiento, su explicación pueril de lo acontecido y renuncia. Tampoco tuvo que ver el fujimorismo con los hechos de corrupción sobre compras en el Minedu. Cuando el ministro Thorne declara es titular fijo. Cuando la transparencia de Basombrío es demasiado grande y rápida para su equipo de comunicaciones. Cuando Aljovín no sabe a cuánto asciende el presupuesto de los programas sociales que dependen del ministerio que acaba de aceptar. Y así podemos seguir y nada es atribuible a las malas artes de la oposición. O quizás un poco, al Apra. En Andahuaylas, los manifestantes retuvieron al ministro de Agricultura dando la impresión de que tenemos un gobierno que no tiene la sartén por el mango… pero la responsabilidad está en el gobierno y les toca hacerse cargo.