notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Según la Ley Orgánica de Municipalidades, el alcalde preside el Sistema de Defensa Civil de su jurisdicción. El desempeño de las autoridades frente a las desgracias de las últimas semanas ha sido, en promedio, deficiente. Con pocas excepciones, la mayoría de los gobiernos regionales y municipales ejecutó menos de la mitad de los presupuestos asignados para la prevención de desastres naturales en 2016.

El problema de gestión persiste en todos los niveles de gobierno y es inocultable. E, insisto, no es que no haya recursos, es que se gasta pésimo o no se gasta. Por eso, es tan interesante que el alcalde de Lima, Luis Castañeda, sugiriera que los Juegos Panamericanos deberían aplazarse para invertir esos recursos en remediar los efectos de las inundaciones y los huaicos. Más tarde, cosa curiosa, Castañeda se atrevió a sugerir que ese dinero se invierta mejor en la prevención de desastres y la ayuda a los damnificados.

Y digo curiosa porque Castañeda solo ha ejecutado el 2.9% de su propio presupuesto de Reducción de Vulnerabilidad y Atención de Emergencias por Desastres. Si ese es el mejor alcalde de la historia de esta ciudad, es un verdadero milagro que todavía exista.

Mientras escribo esta columna, me cuentan que un huaico afectó Punta Hermosa y otro avanza por Chosica amenazando las vías y que, además, los ríos Huaycoloro –ese que se llevó el puente que repuso muy rápido el MTC pero que al toque se atribuyó Castañeda– y Rímac se desbordaron.

Voy a insistir con esto: ayudar a personas en desgracia y publicitarlo no es ayudar, es hacer propaganda de la más sucia, porque se usa la tragedia ajena para hacer relaciones públicas. Y sí, lo digo por Ud., congresista Becerril.