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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

La marcha de más de 2 millones de personas que pedían el cierre de las AFP en Chile, realizada el domingo, ha dejado una cantidad importante de preguntas para el propio sistema previsional peruano, todas ellas relativas a las expectativas de sus propios afiliados.

Las bajas pensiones son un problema en Chile y lo serán en el Perú, como lo son ya en buena parte del mundo. Independientemente del tipo de sistema, los fondos de pensiones están bajo una presión sin precedentes por tres factores principales: los jubilados viven más, hay menos nacimientos y, quizás más importante en términos de plazos, la caída de los rendimientos de los activos en los que dichos fondos invierten el dinero de sus afiliados o aportantes.

Como reporta el Financial Times, cuando aparecieron muchos de estos sistemas, parecía razonable esperar que con un ahorro equivalente al 8% del ingreso anual durante 40 años uno pudiera recibir una pensión equivalente al 75% del último sueldo recibido a la fecha de jubilación. Esto, calculando una rentabilidad real de 5.5% al año en un portafolio balanceado (60% bonos y 40% de acciones). Hoy, para lograr ese 75% con rendimientos de 3.5%, habría que casi duplicar el ahorro a 15% del ingreso del aportante. Y para algunos gestores de fondos, 3.5% es ambicioso en estos tiempos.

Andrew Lapthorne, de Société Générale, lo explica así: si hoy se invirtieran US$100 mil en un portafolio balanceado (más o menos el fondo II de una AFP), se podría esperar una ganancia de US$21,800 tras 20 años. Hace 10 años se podía esperar US$60 mil y hace 30 años US$150 mil. ¿No empieza a ser tiempo de que las AFP sinceren sus números para que los futuros jubilados no salgan a pedir que las cierren en unos años?