Luis Davelouis: ¿Quién soy?

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Hasta el 24 de noviembre, Nano Guerra García sostenía en las redes sociales que estaba a favor de la unión civil y del aborto para casos de violación. Menos de dos meses después expresa impetuosamente lo contrario y lo justifica explicando que su partido anterior (el Partido Humanista, de Yehude Simon) estaba a favor de esos dos temas.

¿Y ahora cómo sabemos a favor de qué cosa está? ¿Nano Guerra García piensa algo por sí mismo o se acomoda a lo que diga el vientre de alquiler de turno? Quizá por esto fue que Simon se arrepintió de tenerlo como candidato y decidió lanzarse él mismo. O quizá de puro irresoluto o porque dice y se desdice como Nano, quien ha sido/es comunista, fujimorista, empresario liberal y ahora creyente ortodoxo, siempre según lo que le sea más rentable en el momento. Siempre que le sea posible, con el político más popular de turno por impresentable que sea –hoy está con el 'Mudo'– Guerra García debe creer a pie juntillas eso de que la voz del pueblo es la voz de Dios. Esto es aplicable a casi todos los candidatos.

Quizá el ejemplo más saltante sea el de Alan García, pero hasta él se esperó a ganar las elecciones para desdecirse de la eliminación de los services en el Estado y de renegociar el TLC con EE.UU. Nano no espera a nadie.

Hoy se habla de incluir a dos conocidas figuras de la TV en la lista para el Congreso de Alianza Popular. ¿No había nadie más como para que tengan que llamar a dos personajes populares por armar torres de vasitos descartables muy ligeros de ropa y ventilar sus vidas íntimas en público? De Alan no sorprende, pero, ¿Lourdes también? En agosto, Alan decía que el gobierno de Humala era un circo. Será que le gusta la equidad.

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