Los infiltrados

“Si casi ninguno filtra a sus candidatos, el futuro Congreso podría dejar de ser un circo para convertirse en un penal”.
Miguel Arévalo (a) ‘Eteco’ colocó en la alcaldía de Tocache, hasta en dos oportunidades, a su socio y primo David Bazán Arévalo, ahora procesado en Lima. (Foto: GEC)

Durante la semana, en estas páginas, hemos publicado decenas de nombres de precandidatos a la Presidencia y postulantes al Congreso; la posibilidad de que los partidos políticos inscriban una o más planchas presidenciales y una o más listas congresales para las elecciones internas, que serán dentro de un mes, se cierra hoy a las 11 y 59 de la noche.

Sin embargo, y en paralelo, también tuvimos que registrar la noticia de que ninguno de los 25 partidos políticos que se alistan a participar ha consultado debidamente la Ventanilla Única, esa plataforma digital que el Jurado Nacional de Elecciones ha creado para que los dirigentes partidarios puedan acceder a los antecedentes penales, las deudas tributarias, los juicios por alimentos y otros tantos entuertos que pudieran tener sus candidatos a nivel nacional.

Mientras los propios partidos no se autorregulen, la corrupción, el populismo y el narcotráfico seguirán infiltrando la política. Ya hemos tenido suficientes casos de malhechores que llegan al Congreso y luego pasan años amparados en una inmunidad parlamentaria que no les corresponde, pero que utilizan según la conveniencia de las agrupaciones políticas a las que pertenecen.

Si los dirigentes políticos no cumplen con filtrar los antecedentes de sus aspirantes, el sistema electoral y judicial debería poder sancionarlos. Los secretarios generales y los presidentes de los partidos deberían responder penalmente por cada crápula que llevan al Parlamento.

El último miércoles, José Luis Lecaros, presidente del Poder Judicial, envió una carta a la jefa de la OCMA, Mariem de la Rosa, en la que le pide expresamente que investigue lo denunciado en la primera plana de Perú21 ese día. Bajo el titular “Juez a la medida”, este diario daba cuenta de que César Méndez, un juez de Tarapoto había ordenado detener toda investigación sobre tráfico de drogas y colaboración con el terrorismo contra Miguel Arévalo (a) ‘Eteco’.

La reacción inmediata del presidente del Poder Judicial –que reconocemos y saludamos desde esta columna– no se condice con el comportamiento de las autoridades electorales a las que les tiembla la mano antes de denunciar y procesar a los políticos responsables de abrirles las puertas a todo tipo de delincuentes. El propio Miguel Arévalo (a) ‘Eteco’ colocó en la alcaldía de Tocache, hasta en dos oportunidades, a su socio y primo David Bazán Arévalo, ahora procesado en Lima. Los dos periodos municipales fueron posibles gracias a movimientos regionales, el primero denominado Nueva Amazonía y el último llamado Fuerza Comunal, afín a Fuerza Popular, partido con el que, entre otras cosas, compartía el color naranja.

¿Qué autoridades vigilan estas alianzas?

El poder económico del narcotráfico ha infiltrado y seguirá infiltrando movimientos regionales y partidos políticos. Mientras tanto, los dirigentes ni siquiera consultan la Ventanilla Única.

Me resulta realmente frustrante confirmar que cada cinco años vivimos una kermesse electoral a la que asiste una veintena de agrupaciones política, con el solo interés de ganarse la tómbola. La democracia en nuestro país está en riesgo. El liderazgo está fragmentado y muchos partidos llegarán al Parlamento. Si casi ninguno filtra a sus candidatos, el futuro Congreso podría dejar de ser un circo para convertirse en un penal.

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