[OPINIÓN] Richard Arce: “La pestilencia”
[OPINIÓN] Richard Arce: “La pestilencia”

El país se sigue polarizando con la imposición de posturas extremas que nos llevan a un espiral de confrontación inútil y perjudicial para los intereses de la nación, porque nos siguen dividiendo y abriendo heridas, y porque hurgan en sentimientos revanchistas que solo abonan el resentimiento y la descalificación del otro.

Nunca va a existir la tolerancia que se requiere como requisito básico para la convivencia en sociedad, más aún en un país como el Perú, con tanta diversidad y multiculturalidad, que requiere justamente del respeto y empatía para una convivencia pacífica.

La muestra de esta exacerbación son los grupos violentos que se infiltran en nuestra sociedad y han estado teniendo protagonismo político en desmedro de la racionalidad y la paz social, porque estos grupos son violentos, agreden y son totalmente intolerantes con los que disienten en sus posiciones.

Los tenemos de izquierda, como el Movadef y los rezagos de Sendero Luminoso; y también de derecha, como el grupo conocido como ‘La Pestilencia’; que se dedican a agredir a cuanto adversario político hay, con insultos y acosando inclusive a periodistas, con el único objetivo de intimidar. Estas prácticas son las mismas de los grupos radicales de izquierda, si no, recuerden cómo agredían con impunidad a personas inocentes, infiltrándose en las marchas de inicio de año.

Vi en Abancay cómo un piquete de desadaptados reventaba a pedradas un auto con niños y mujeres, porque se atrevieron a salir a comprar víveres, en plena protesta, al mercado de Las Américas; provistos de huaracas —hondas—, ni los gritos de los niños y las mujeres dentro del auto detuvieron la violencia de estos castillistas, que se ensañaban con gente humilde.

Lo mismo hace ‘La Pestilencia’, solo que se han sofisticado en la agresión, utilizando megáfonos con lenguaje procaz, insultan y atacan de manera direccionada, al extremo de usar excremento para aventarlo a la vivienda o la persona que están atacando. Este grupo es de la extrema derecha y tienen las mismas mañas.

Ambas expresiones son de intolerancia y en democracia no tienen espacio. Por ende, deben ser proscritos y sancionados por la ley, pero vemos que son bien utilizados por los grupos de interés o de gobierno, para que sean una especie de fuerza de choque para atacar al adversario político, ese es su fin.