Los hechos

En redes corre el video de una entrevista al filósofo Bertrand Russell en la que le piden dos consejos para las futuras generaciones; Russell, en típica moda británica, responde en dos ejes, en uno intelectual y en otro moral.

Dice Russell que, al investigar sobre cualquier tema, uno debe preguntarse solo sobre los hechos, poniendo de lado lo que le gustaría que sea, o lo que sería mejor para tal o cual objetivo. Solo los hechos. En el plano moral, dice “el amor es sabio, el odio es tonto”.

Recuerdo estas reflexiones porque siento que, poco a poco, lentamente, hemos ido llevando las cosas (políticas, judiciales y otras) por un camino cada vez más laxo, menos estricto y/o riguroso.

El caso de los denunciados por el ex empresario Marcelo Odebrecht es, en los últimos días, el más notorio. No es el mismo caso, por cierto, que el del ex presidente Humala y la Sra. Heredia, sobre quienes sobran las señas, documentos y testimonios (y quienes dieron muestras de querer evadir la justicia, razón por la que –finalmente– están con prisión preventiva).

En el caso del presidente Kuczynski, por ejemplo. ¿Basta el testimonio de una fuente (o dos, da lo mismo) para acusarlo de mentir? Ojo que la versión oficial (registrada por la Fiscalía brasileña, pasaría luego por cooperación internacional y luego debe ser traducida por la Fiscalía peruana) seguirá en Brasil en tanto no se cumplan ciertos acuerdos entre la firma Odebrecht y la Fiscalía local.

Odebrecht, según algunas fuentes, habría señalado que el actual mandatario habría servido como consultor para la empresa. El presidente Kuczynski lo ha negado ante la comisión Bartra y ayer nuevamente por redes. ¿Es un hecho que Odebrecht contrató a PPK como asesor? ¿Presentó un recibo, dio montos, una obra en particular, detalló el origen de los fondos? No.

¿Significa que Odebrecht mintió? No lo sabemos. Y ese es el problema: sin certeza, pruebas o algo más, hoy se discute en medios la eventual vacancia presidencial. ¿Tiene sentido?