Juan José Garrido: La tormenta perfecta

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El último reporte del Área de Estudios Económicos del BBVA reduce su cifra de crecimiento para la economía peruana de 4.8% al 2.5%. La última revisión del MEF, en abril de este año, hablaba de un 4.2%; sabemos, es cierto, que pronto darán a conocer nuevos ajustes (imaginamos que en línea con los pronósticos privados).

Entonces, así están las cosas: el nuevo estimado bordeará el 2.5% y eso seguirá atado a una serie de supuestos (qué pasará en China, Estados Unidos y la Unión Europea; los proyectos de inversión privada y pública en marcha; el impacto de El Niño –que para algunos será el mayor de la historia registrada–, y así).

¿Cómo pasamos del supuesto 6.3% en octubre del año pasado al 2.5% actual? Peor aún, cuando muchos avisamos el desatino (ver "2014 otra vez…", publicado en marzo de este año).

Sin entrar al debate de quién tiene la razón (el gobierno señalando a China y otros señalando la incapacidad gubernamental), lo cierto es que la cosa parece que empeorará. En el frente externo, Estados Unidos crecerá, según el Banco Federal de Atlanta, por debajo de sus expectativas; China seguro que no llegará al 7% estimado (Reuters señala que analistas privados calculan que será alrededor del 3.5%); y Europa y Japón están enfrascados en sus propios problemas.

En el frente interno, aunque siempre volátil, la cosa no es mejor: la paralización del proyecto Tía María ha refrescado en la mente de los inversionistas la precariedad de la plaza peruana. El gobierno puede decir lo que quiera, pero lo cierto es que las inversiones están paralizadas, y –peor aún– ya escucho a más empresarios mencionando la incapacidad de cobrar en la fecha establecida (lo cual señala también un problema de liquidez). Además, se está agravando –según el BBVA– nuestra situación fiscal.

Encima de lo económico, un escenario político que, aunque parezca mentira, se agrava día a día. Y para rematar, un fenómeno de El Niño sin precedentes. ¿Falta algo más para la tormenta perfecta?

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