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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Ante los micrófonos apostados en los pasillos del Congreso, Fredy Otárola emplazó a la procuradora Julia Príncipe a que responda si es cierto o no que se había reunido –recientemente– con la Sra. Keiko Fujimori. A los pocos minutos, a través de Canal N, la procuradora Príncipe negó, mortificada y tajante, la versión del congresista Otárola.

Es cierto que existen preguntas que incomodan e –incluso– hieren o mortifican; a nadie le gusta que cuestionen su moral o carácter ético, sea a través de preguntas o burdas insinuaciones. Pero, cuando uno es figura pública, debe estar obligado a responder, gusten o no las preguntas. Dicha obligación responde a una sencilla premisa: existen fondos públicos o beneficios privados amarrados al cargo. Que una persona no reciba dinero público no significa que no goza de beneficios del cargo: viajes, carros y un larguísimo etcétera.

Hizo bien la procuradora Príncipe en responder, apenas pudo, la pregunta del congresista Otárola. ¿Qué motivó la pregunta? ¿Qué buscaba con la misma? No interesa; es un congresista y, si tiene una duda, enhorabuena que la formule y le respondan.

Como periodista, me asaltan las dudas y preguntas respecto a muchas cosas que atañen al nacionalismo y, en especial, a las actuaciones del presidente Humala y la Sra. Heredia. Lamentablemente, no hay forma de conseguir unos minutos para trasladar dichas preguntas. Por ejemplo, ¿por qué no respondió los correos de Panorama previos al destape periodístico? ¿Por qué no acepta un peritaje privado? ¿Por qué presentó un hábeas corpus si no existe delito potencial? ¿Por qué las contradicciones? ¿Es usted propietaria de algún bien inmueble o paga algún tipo de hipoteca en el extranjero? ¿Tuvo reuniones con representantes o personas vinculadas a las empresas Odebrecht, OAS, Camargo Correa u otra antes de las elecciones del 2011? Si es así, ¿cuántas veces?

Ojalá la Sra. Heredia pueda darse el tiempo de responder estas consultas. Como presidenta del nacionalismo debería verlo como una obligación; pero, claro, cada quien responde lo que quiere y a quien quiere.

Juan José Garridodirector@peru21.com