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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Adentrados ya en las elecciones generales del 2016, la mayoría de candidatos participa de ese circo de ofertas sobre, virtualmente, casi todo: economía, seguridad, geopolítica, en medio de un larguísimo etcétera. Está bien, dirán muchos; a fin de cuentas, lo que necesita un elector informado es eso: propuestas, ideas, acciones, de tal manera que se abra el debate y así unos y otros ponderen las distintas propuestas y elijan mejor.

Nada que discutir en el plano teórico. La realidad, ya sabemos, no funciona así: como está estructurada la regla electoral, la tendencia lleva a unos y otros a ofrecer lo que sea, sin importar si es factible o no, si existen recursos para financiar las ideas o no, y así. Pasa en (casi) todos los países sub-desarrollados y, valgan verdades, en muchos desarrollados también. La democracia no es perfecta, pero es lo mejor que tenemos como propuesta política, y si se lleva de manera positiva (no digo ya perfecta u óptima), pues nos guía a una sociedad abierta, transparente, justa.

Todo esto está muy bien y, claro, todos deseamos que la campaña no sea un conjunto de sitios comunes y de populismo barato. Pero para todos queda medianamente claro que no tendremos esa suerte, y que lloverán, pues, ofertas de gas a 12 soles, regresar al 6% de crecimiento (y habrá quien proponga 8% y 10%) y otras alucinaciones.

Yo solo pediría una cosa, y es que respondan una pregunta: ¿qué visión de país tienen? No espero la magnífica reducción americana ("la tierra de los libres y el hogar de los valientes") o la bellísima condensación francesa ("libertad, igualdad, fraternidad"). Pero algo. ¿Cómo se imaginan al país en 20, 50 o 100 años? ¿Cuáles son los ejes claves de esa visión? ¿Cómo denominarían ese sueño?

El Perú tiene activos (fortalezas) inmensos (recursos naturales, historia y cultura, entre muchos), pero no contamos con un sueño común. Tal vez este sea el momento propicio para pensar en ello.