Juan José Garrido: Por un paquete anticorrupción

Ante las críticas vertidas al contralor Edgar Alarcón por miembros del Ejecutivo, así como por distintos grupos de interés, y a sabiendas de la gran apuesta que este gobierno plantea en el desarrollo de la infraestructura (necesaria, por cierto, pero que se financiará con deuda), haría bien el presidente Kuczynski en plantear un paquete anticorrupción, uno que responda a las preocupaciones, se adelante a las críticas y le permita, a través del "combo", lograr sus objetivos sin mayores sobresaltos.

Para empezar, habría que ver el flujo de las inversiones, dónde entra cada entidad supervisora y cómo se puede hacer más eficiente el circuito sin perder la capacidad de investigar y/o paralizar antes de que las cosas pasen a un punto crítico. Este ha sido el problema central en los proyectos hoy bajo críticas e investigaciones; el gobierno del ex presidente Humala quiso correr con el desarrollo de ciertos proyectos (a sabiendas de las consideraciones de organismos y otros actores políticos), haciendo de muchos de ellos un dilema: parar una inversión que ya sobrepasó los cientos de millones o continuarla a sabiendas de que el proyecto no se debió llevar a cabo de dicha manera.

Un ejemplo puntual: el Gasoducto del Sur. Tomando en consideración los eventos y los resultados del proceso, todo apuntaba a que habría problemas: se entregó el proyecto a un postor único (en un proceso harto discutido), no hay reservas de gas probadas en la boca y no hay clara idea de qué se haría al final del ducto (si es que se trasportara gas, el cual no sabemos si existe), pero igual ya se tendió varios cientos de kilómetros del ducto. ¿Qué se hace con eso? ¿Se continúa o se paraliza?

Este gobierno debe implementar un plan holístico anticorrupción, uno que además aproveche los recientes ejemplos y pueda servir para determinar si hubo o no corrupción, en qué medida y quiénes son los responsables. Brasil es un claro ejemplo de que sí se pueden hacer cosas en dicha materia, contra el gobierno y las grandes empresas. No hay excusa para no hacerlo.