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Juan José Garrido: Mario, el cretino
“¿Se trata de cantidad o de calidad? Porque Mario será un ducho en literatura erótica y universal, pero es un ignorante en economía, por ejemplo”.
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Mario Vargas Llosa es un grandísimo escritor. De los mejores del mundo. Ha dejado constancia, sin embargo, que dicho talento no le impide ser a la vez un gran cretino. Porque, a ver, hay que ser eso (o un miserable) para decir que "los pobres no leen porque son ignorantes". Digamos que los años de vuelo y el supuesto conocimiento y dinero adquirido podrían haber ayudado a Mario a entender mejor las causas y consecuencias de la pobreza, así como a volverse más humano y realista, creo.
En el Perú leemos poco, si nos comparamos con los países desarrollados; pero tampoco es que la diferencia sea 100 a 1: según los últimos estudios (IOP-PUCP), leemos en promedio 3.3 libros al año, mientras que en España leen en promedio 8.7 libros al año (CIS 2014). Pero la lectura, siendo un pasaporte al conocimiento, a la mejora como persona y a tantas otras cosas, no es una actividad obligatoria, menos aún accesible a todos, y menos aún para quienes no tienen cómo llevarse un pan a la boca todos los días y nacen en hogares de padres iletrados, signos evidentes de pobreza.
Tengo amigos que leen, de seguro, mucho más que Mario al año, y no tienen su disponibilidad de recursos y tiempo. ¿Qué significa eso? ¿Habría un ratio que divide cuándo uno es culto y cuándo ignorante dependiendo de los ingresos?
Por otro lado, ¿se trata de cantidad o de calidad? Porque Mario será un ducho en literatura erótica y universal, pero es un ignorante en economía, por ejemplo. Basta escucharlo perorar sobre los orígenes de la crisis económica del 2008 para comprobarlo (culpa a la mezquindad empresarial obviando los incentivos perversos del bajo coste del dinero producto de la masiva emisión monetaria). Todos somos ignorantes en algo, vamos.
Pero por encima de eso, no todos nacieron en la clase media y tratados, por duras razones familiares, como un niño especial. La vida es mucho más compleja de lo que imaginas, Mario. ¿O tampoco sabías eso?
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