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Juan José Garrido: Estrategias e incentivos
“La popularidad de la Sra. Fujimori no nos podrá decir mucho sobre si el camino al poder está asfaltado o lleno de baches y piedras”.
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El día de ayer, en "S.O.S.", analizamos la popularidad del presidente Kuczynski luego de la primera encuesta de Datum. Hoy, analizaremos la popularidad de la lideresa de la oposición y principal fuerza en el Congreso, Keiko Fujimori.
En el caso de los aspirantes al sillón presidencial, la popularidad es importante, pero de diferente manera que para el que se encuentra en el poder. Uno puede llegar al poder aun no siendo una persona con alta popularidad si se maneja estratégicamente durante la etapa electoral. Ni Toledo, ni García, ni Humala gozaban de alta popularidad en los meses previos a sus mandatos y, sin embargo, llegaron al poder cuando en la última balota se enfrentaban a otro considerado "peor". La segunda vuelta, ya sabemos, es de descarte, y es muy difícil pasar la valla del 50% en un ambiente electoral tan competitivo.
Desde hace años se mide la popularidad de la Sra. Fujimori, y esta se ha mantenido –casi siempre– en una banda de aprobación entre el 35% y el 45%, mientras la desaprobación entre los 47% y 55%. En esta última encuesta su aprobación se encuentra en 38% (se incrementa en 2 puntos) y su desaprobación en 55% (la cual aumenta en 7 puntos). En otras palabras, se encuentra en su banda, aunque en la superior de desaprobación.
La popularidad de la Sra. Fujimori no nos podrá decir mucho sobre si el camino al poder está asfaltado o lleno de baches y piedras, pero sí sobre sus estrategias e incentivos. Por ejemplo, qué tanto la golpeó la censura al ex ministro Saavedra, qué tanto le conviene apoyar al Ejecutivo en sus políticas públicas, qué piensa su electorado sobre su actitud, entre otros.
Dicho esto, cada vez más analistas consideran que será difícil desprenderse de la imagen de perdedora, más aun cuando el antifujimorismo pesa tanto y es tan activo en medios y redes. ¿Tiene futuro presidencial? ¿Existe otra alternativa en el fujimorismo? Y si esto último es así, ¿podrá balancear tantos frentes?
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