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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Como era de esperarse, ayer Grecia hizo un "default" al incumplir el pago de cerca de US$1,700 millones al Fondo Monetario Internacional. Como toda historia, esta tiene dos versiones: por un lado, la de los griegos (quienes dominan, como sabemos, el género teatral de la tragedia), y, por otro, la de la troika, partiendo por el primer afectado: el FMI.

A cualquiera conmueve la situación de los helenos: la deuda total suma, según datos oficiales, 323 mil millones de euros (unos 364 mil millones de dólares), de los cuales más del 80% se los debe a países de la Eurozona, el Banco Central Europeo (ECB) y el FMI, conocidos como "la troika". Hablamos del 175% del PBI griego (Grecia, en términos económicos, es un poco más grande que el Perú, con un PBI cercano a los US$238 mil millones).

La deuda pareciera impagable, pero la verdad es que, desde los inicios de la crisis global, Grecia avanzó mucho en su tarea de "ajustarse" en el gasto público: de un déficit cercano al 15% en el 2009, este año bordeaba (no sabemos qué pasará ahora) el 3%. Este ajuste no es popular, ni mucho menos; trajo consigo una enorme pérdida de empleos (casi 28% de tasa de desempleo, con 60% de desempleo juvenil), de ingresos y calidad de vida (salud y educación). Es trágico, sin duda. Pero eso es, como decía F. Bastiat, lo que se ve; lo que no se ve es por qué los griegos llegaron a la actual crisis.

Grecia vivió, como sabemos, muy por encima de su realidad, gracias a los acuerdos de la comunidad europea y un fondeo barato: una economía de baja productividad vivía a expensas de los países ricos. ¡Un funcionario público tenía como edad de jubilación los 52 años!

Hay quienes señalan al FMI como el origen de todos los males, lo cual es falaz: a lo mucho ayudó a quien no debió ayudar, en primer lugar. Y, encima, eligen a un gobierno que imita a los socialistas latinoamericanos de los setenta. Veamos en qué acaba esta tragedia.

Juan José Garrido director@peru21.com