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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Por increíble que parezca, y aunque por un estrecho margen, Gran Bretaña votó a favor de la salida de la Unión Europea (UE). Para quienes estaban a favor, los argumentos eran simples: controlar la inmigración, el sueño del Reino Unido independiente (y grande) de nuevo, el rechazo al "establishment" europeo (no solo de los "europeístas" al interior de la UE, sino también contra los organismos regionales), y –por supuesto– mayores ventajas competitivas al devaluarse la moneda.

Al día siguiente, las cosas ya no se ven tan prometedoras. Para empezar, la composición de los votos a favor y en contra: los jóvenes, quienes vivirán más tiempo con la decisión adoptada, estaban mayoritariamente a favor de quedarse en la UE. Un gráfico de @yougov lo describe a la perfección: entre los 18 y 24 años (quienes vivirán aproximadamente 69 años en promedio con la decisión), ganaba el "permanecer" 64% contra 24% de "salir"; al otro extremo, entre los mayores de 65 años, quienes vivirán 16 años en promedio con la decisión, ganaba el "salir" por un margen menor: 58% contra 33%.

El problema, en mi opinión, no será el corto sino el mediano y –sobre todo– largo plazo. La inmigración es sin duda un problema, pero los sentimientos xenófobos acabarán por determinar los sentimientos en la gente adulta. Como lo plantean algunos analistas: ¿Qué pasará con Francia si gana Le Pen? ¿Qué pasará con España si gana Podemos? ¿No se desencadenará un éxodo masivo de los países "problemáticos"?

El Brexit es otra clara manifestación de los nuevos tiempos: los problemas detrás de la inmigración, la falta de competitividad, la necesidad de los jóvenes de vivir a plenitud la globalización frente a la nostalgia de los mayores, la incapacidad de los líderes para hacer las reformas a tiempo (otra manifestación del "fin del poder" que tan bien explica Moisés Naím en su libro), en fin, todo lo que está caracterizando nuestro ajetreado inicio del siglo XXI.

Para nosotros, en el Perú, el mensaje es claro: cuanto antes hagamos las reformas dirigidas a mejorar la calidad de vida de los jóvenes en 10, 15 o 20 años, mejor.