Escapar de la tierra prometida

"Lo que se viene es el crecimiento de ciudades intermedias, ya que quienes están habituados a la economía y vida urbana de Lima difícilmente se reubicarán en el campo”.
Escapar de la tierra prometida

La crisis presente tiene innumerables dimensiones, todas dolorosas. Una especialmente dura que ha recibido escasa atención de la clase política es el éxodo de compatriotas hacia a sus regiones de origen. Miles partieron caminando a Huancavelica, Piura o Tarapoto. ¿Cuál será la magnitud del drama que viven en Lima para decidirse a emprender odiseas de cientos de kilómetros a pie, durmiendo a la intemperie y exponiéndose al contagio? Muchos limeños no imaginamos lo que ellos viven estos días y otros –con frivolidad y falta de empatía– se limitan a calificarlos de irresponsables.

Se estima que unos 160,000 buscan salir de la capital. Algunos regresan a su lugar de residencia permanente, pero muchos habían hecho ya una vida en Lima que de golpe se volvió insostenible. Alquilaban cuartos que ya no pueden pagar y se alimentaban con ingresos diarios que se han esfumado. En Huancavelica, Piura o Tarapoto por lo menos aseguran un techo, un plato de comida y redes familiares de apoyo. La prosperidad que ofrecía la capital resultó ser frágil y acaso una ilusión.

Sospecho que este movimiento recién comienza. Y es que una ciudad como Lima se torna menos vivible en el mundo posCOVID. Solo un ejemplo: esta semana, el alcalde Muñoz indicó que el Metropolitano podrá operar solo al 40% para minimizar riesgos sanitarios. Entonces, si la cola de la estación Naranjal ya tomaba unos 40 minutos, ahora tomaría una hora y 40. ¿Se puede vivir así?

El fenómeno migratorio que surge como consecuencia no tiene precedentes en nuestra historia, marcada más bien por el flujo inverso. Lo que se viene es el crecimiento de ciudades intermedias, ya que quienes están habituados a la economía y vida urbana de Lima difícilmente se reubicarán en el campo. Esto plantea un formidable reto: ¿cómo proveer vivienda formal?, ¿cómo asegurar la cobertura en salud y educación?, ¿cómo no repetir los errores de planificación urbana que tuvimos en Lima?

Son preguntas que debieran estar, por lo menos, en debate. Pero la agenda política está copada con cuestiones limeñísimas e impostergables… ¿Cómo consiguió Keiko la prueba molecular tan rápido? ¿Estaba el congresista Olivares fumando un troncho o era solo tabaco? ¡Eso sí que no puede esperar!

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