Los presidentes de la Comisión de Constitución y la Comisión de Justicia, Rosa Bartra y Alberto Oliva se felicitan luego de la aprobación de la Ley Orgánica de la JNJ. (Foto: Piko Tamashiro / GEC)
Los presidentes de la Comisión de Constitución y la Comisión de Justicia, Rosa Bartra y Alberto Oliva se felicitan luego de la aprobación de la Ley Orgánica de la JNJ. (Foto: Piko Tamashiro / GEC)

Gran expectativa concita la formación de la (JNJ), organismo que reemplazará al desactivado Consejo Nacional de la Magistratura, entidad que pasó a ser tristemente célebre por sus implicancias en Los Cuellos Blancos del Puerto, la mafia de los ‘hermanitos’, entre ellos, el ex juez supremo César Hinostroza.

Este caso fue la gota que colmó el vaso y los anuncios de reforma no se hicieron esperar en el Ejecutivo. No cabe duda del hartazgo de la ciudadanía respecto a la corrupción en el Poder Judicial. La propuesta de la reforma judicial en el referéndum obtuvo altísima aprobación.

Por ello, los sucesivos pasos rumbo a la formación e instalación de la JNJ no pueden traicionar la voluntad de los ciudadanos.

El viernes pasado, tras estar entrampada en las comisiones de Justicia y de Constitución, el Congreso finalmente aprobó la ley orgánica de la JNJ, que nombrará, ratificará o destituirá a jueces y fiscales, y al jefe de la ONPE y del Reniec.

Los integrantes de la Comisión Especial de la JNJ, que deben elegir a los siete miembros de la Junta, tendrán 90 días para ese proceso. El grupo de trabajo que encabeza el defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez, tendrá la crucial labor de analizar y elegir, bajo ciertos parámetros, a profesionales del Derecho probos y altamente idóneos que integren esta entidad clave del sistema de justicia. Los miembros de la JNJ serán quienes nombren a jueces y fiscales y hoy somos testigos del importante rol que estos juegan en la persecución y sanción del delito, y en la administración de justicia en todos los campos.

El defensor del Pueblo ha declarado a nuestro diario que la ley orgánica es importante, pero no es suficiente tal como está y que hace falta una serie de mejoras. Que se haga todo lo necesario, con el debate y la reflexión necesarios, sin postergaciones.

Lo que esperamos todos los peruanos es que los operadores de justicia sean los mejores profesionales del país, los mejores en conocimientos y ética. Excelencia en la reputación profesional y alta calidad humana serían garantías para una mejor justicia.

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