Íntimamente cómplices para destruir la JNJ

“Saben estos zamarros que no tienen la razón, por eso están inquiriendo al Tribunal Constitucional para que de una vez se pronuncie en la demanda competencial que ha interpuesto el Congreso”.
Richard Arce

La resolución que ha emitido un tribunal de justicia concediendo el amparo a los magistrados Inés Tello y Aldo Vásquez para reponerlos en sus cargos en la JNJ, tiene un impacto más allá de la resolución misma, porque genera un precedente frente a los abusos y atropellos que viene cometiendo el Congreso.

En principio, la resolución judicial le pide al Congreso que actué en apego a la ley, con prolijidad y regido por los principios de razonabilidad y proporcionalidad, porque la supuesta infracción constitucional con la que han pretendido sancionar a los magistrados de la JNJ, considera una sanción más gravosa y extrema de inhabilitación sin justificar con razones fundadas la supuesta infracción constitucional.

El tribunal de justicia les hace recordar a los congresistas que su trabajo es tipificar el procedimiento para las acusaciones constitucionales, para que exista una proporcionalidad y racionalidad en la sanción; evidentemente no les interesa a los congresistas porque están ensimismados con la necesidad de sancionar como sea a los magistrados de la JNJ.

En la resolución le llaman la atención al Congreso porque están vulnerando derechos constitucionales de los magistrados, como el derecho al debido proceso en un procedimiento sancionador, además le exige que se respete los procedimientos establecidos en el reglamento de Congreso para la votación, al haber votado en el Pleno los congresistas miembros de la Comisión Permanente que estaban prohibidos de hacerlo.

Inmediatamente han salido los congresistas a denostar ahora del tribunal de justicia, olvidando que en un Estado de derecho las resoluciones judiciales se respetan y se acatan, así no les guste a los congresistas, pero deben recordar que si tienen una objeción para eso existe la apelación y pueden recurrir a una segunda instancia.

Saben estos zamarros que no tienen la razón, por eso están inquiriendo al Tribunal Constitucional para que de una vez se pronuncie en la demanda competencial que ha interpuesto el Congreso. Ni corto ni perezosos, inmediatamente el TC se ha pronunciado, anunciando que el tema se va a tratar en su próxima sesión plenaria en Arequipa, donde se van a pronunciar seguro avalando estos atropellos.

Que respeten las instancias y los procedimientos establecidos para una demanda judicial; el TC no puede prevaricar y menos seguir siendo furgón de cola de este Congreso de impresentables.

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