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Redacción PERÚ21

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Carolina Trivelli,Sumas y restasEconomista

Parte importante de la apuesta por la inclusión financiera implica lograr que nos movamos por la vida y por nuestra economía usando menos efectivo. Se trata de usar más tarjetas y operaciones electrónicas, de usar más nuestras cuentas y pronto nuestros monederos electrónicos. ¿Por qué es mejor usar menos efectivo? Ensayemos algunas respuestas.

Seguridad y privacidad.Moverse con efectivo es peligroso, sobre todo en cantidades importantes. Si nos roban la tarjeta o el teléfono, se cancelan. Si nos roban efectivo, lo perdimos. Pero, sobre todo, nos expusimos a que nos asalten, nos amenacen, nos hieran.

Control.Cuando usamos efectivo, perdemos fácilmente control de nuestros gastos. Gastamos hasta acabar con el efectivo en nuestra mano y generalmente no llevamos control (algunas pocas personas sí lo hacen, pero son las menos) de cuánto y en qué gastamos. Con transacciones con tarjetas u otros medios electrónicos todo queda registrado.

Formalización. Con pagos en cash permitimos que mucho de nuestro efectivo entre en redes informales de transacciones. Mientras más pagos se hagan vía medios electrónicos, más formal será la economía, más transparente y trazable nuestras operaciones, y se podrá cobrar impuestos a quienes hoy indebidamente no pagan.

Crea historia financiera. Al usar transacciones financieras para gastos, transferencias y pagos, generamos un historial, "pruebas", de nuestra economía, de qué tan ordenados somos y del potencial para asumir deudas o adquirir nuevos productos financieros, como un crédito, por ejemplo.

Mejor manejo de pagos. Se puede elegir mejor cuándo pagar qué. Combinar uso de medios electrónicos de pago (débito, transferencias, pagos automáticos) con tarjetas de crédito permite una estrategia financiera que organice mejor nuestro presupuesto, que logre "calzar" nuestros ingresos y gastos en el tiempo.

En resumen, si usamos menos efectivo, ganamos nosotros –más seguridad y mejor manejo de nuestro presupuesto–, el país (formalización, transparencia) y el sistema financiero, que obtiene información, mejores clientes y reduce menores costos al requerir menos efectivo para operar (mover camiones con efectivo en el país es muy caro, ¡y lo pagamos todos!)

Para evolucionar hacia una economía con menos uso del efectivo tenemos que acceder a, y saber usar, tarjetas (débito, crédito), otros medios de pago electrónico (transferencias, pagos remotos), pagos a través del celular, billeteras electrónicas y banca por Internet. Necesitamos más y mejores productos, pero también más educación financiera e información simple y accesible sobre ellos. El Perú requiere con urgencia definir cómo avanzar hacia un uso menor de efectivo y para ello es central que este tema sea parte de la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera que está en elaboración.

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