Hay personas que están en contra de las vacunas. Los motivos para sostener esta postura son variados. Se suele creer que son productos para lucrar, que tienen efectos nocivos o que, simplemente, no van con las creencias religiosas de los individuos.
Lo cierto es que, según los principales organismos reguladores de salud, la vacunación es una de las mejores armas para prevenir enfermedades. Como bien señala la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud, un niño que cumple con rigurosidad el calendario de inmunización se protege ante una serie de enfermedades, tales como tuberculosis, polio, hepatitis, difteria, tos convulsiva, tétanos, neumococo, influenza, sarampión, rubeola, neumonía, paperas, entre otras. Es responsabilidad de los padres buscar la asesoría médica necesaria para cumplir con el calendario de vacunas.
Las vacunas también son armas para los adultos. Las mujeres, por ejemplo, pueden evitar un cáncer de cuello uterino mediante la vacuna contra el virus del papiloma humano. La vacuna contra la influenza, por su parte, resulta clave en adultos mayores, mientras que la vacuna contra la hepatitis A y B es altamente recomendable en adultos jóvenes con vida sexual activa.