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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Difícilmente puede uno ser más que aquello que consume por necesidad o interés pues es esto, y solo esto, lo que constituye la materia prima de la que están hechas las ideas, opiniones y hasta nuestros gustos: si te gusta mucho Esto es guerra y lo sigues viendo, te gustará más.

Hace tres años el Perú resultó ser el país líder en Latinoamérica en lectura de periódicos (CERLALC 2012) y presumiblemente continuamos siéndolo. La idea de que un periódico debe entretener, informar y educar es muy vieja y muy actual porque, ¿quién puede estar en contra de algo así? Sin embargo, al final del día, si el periódico es o no es lo que dice su manual de estilo que es o debe ser, es un asunto privado y nadie se puede meter. Si educa o no, por ejemplo, es su prerrogativa. Y si a los lectores no les gusta, cambiarán de diario o aparecerá otro.

¿Y la televisión? Aquí las frecuencias son limitadas y propiedad del Estado, y uno asumiría, por sentido común, que la misión, visión, objetivos y prácticas de las empresas privadas que explotan tales frecuencias deberían estar más o menos alineadas con los intereses del dueño (que es el Estado, no el gobierno). Y por eso no puedes poner lo que te da la gana y decir "que cambien de canal si no les gusta" porque, en el extremo, no se puede. No.

Oscar Wilde pensaba que aquello que las personas escogemos leer sin que nos obliguen a hacerlo es lo que determina quiénes somos realmente debajo de todas nuestras máscaras. Lo que leemos moldea nuestra manera de ver el mundo (se convierte en nuestra referencia) y condiciona nuestras formas de desenvolvernos y de actuar. Así como eres lo que lees, también eres lo que comes y lo que miras.

No eres nada más que lo que consumes.