El lunes, el presidente del Consejo de Ministros presentó un resumen de las facultades económicas, financieras y administrativas que solicitó ayer al Congreso de la República a fin de dinamizar la economía. Al respecto, quisiera centrar este análisis en la alianza público-privada (APP) por su relevancia como instrumento para dinamizar la inversión y, a su vez, el crecimiento a largo plazo.
Las APP son positivas porque permiten el ingreso de capitales privados y, con ello, una gestión más eficiente a través del uso de tecnologías de punta, que le brindan al consumidor productos de mejor calidad a menores precios. En el Perú, el déficit de infraestructura se estima en más de US$80 mil millones, según la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN). Para el cierre paulatino de esta brecha se requiere el desarrollo de grandes obras de infraestructura y, para ello, las APP se constituyen en una alternativa potente.
Según el último Ránking de Competitividad Mundial 2015 del Institute for Management Development, Perú ha caído a la posición 54 de 61 países. Y, entre los índices en los que más se ha retrocedido, se ubican la efectividad del gobierno (en que se pasó del 33 al 37) y la eficiencia para hacer negocios (en la que retrocedió de la posición 43 al 50).
El paso inicial para la promoción de las APP incluye contar con un marco jurídico transparente, flexible y con reglas claras para el inicio y cierre del proyecto. No obstante, se requiere, además, que los gobiernos (central y regional) estén dispuestos a aportar el capital necesario para la construcción de las grandes obras (centrales hidroeléctricas o ductos para el transporte de gas a nivel nacional). Y, para ello, es vital trabajar de manera conjunta en el desarrollo de mercados demandantes de estos nuevos servicios que sean sostenibles a largo plazo. Así, el círculo virtuoso ahorro-inversión contribuirá a reactivar el crecimiento económico.
Giovanna Prialégiovanna.priale@peru21.com