(Presidencia)
(Presidencia)

El gobierno comienza con el pie correcto al convertir sus promesas iniciales en acciones. El compromiso de Sagasti con la autonomía de la Sunedu se va materializando al colocar en el Minedu a Ricardo Cuenca, quien es un inagotable defensor de la reforma y la educación de calidad. Su compromiso con la escuela pública está comprobado y ni tiene ataduras con los rentistas de la educación ni con los dogmáticos que se aterran al escuchar la palabra género. Cuenca se ubica en las antípodas de su reciente sucesor, Fernando D’Alessio, el breve, quien era una carta segura para que los intereses que incansablemente buscan boicotear la reforma educativa avancen sin resistencia.

Lo mismo ocurre en el Minam. Sagasti mencionó en su discurso que la crisis climática era un desafío central para el país, así que elegir a Gabriel Quijandría para ese sector es señal de que el compromiso va en serio. He visto a Quijandría fajarse por la protección de la Amazonía, la vida silvestre, los defensores de bosques y los instrumentos internacionales como Escazú.

La elección de Eduardo Vega frente al Ministerio de Justicia también es coherente. En su momento puso a la Defensoría del Pueblo al servicio de la gente y seguro que empujará la agenda de derechos humanos, tan golpeada luego de la reciente brutalidad policial. Lo mismo con Violeta Bermúdez en la PCM, ampliamente conocida por su trabajo como constitucionalistas, defensora de los derechos de la mujer y la descentralización.

Otro gesto es la designación de Nuria Esparch en Defensa, quien será la primera mujer en el cargo. Esparch es una experta en gestión pública, donde ha sido asesora, secretaria general, viceministra y jefa de Servir. Lo mismo ocurre con Claudia Cornejo, una carta joven, pero que llega cargada de experiencia al Mincetur. Como ven, me parece un buen gabinete y le deseo lo mejor. ¡Qué importante fue frenar a los golpistas!