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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Si Pedro Pablo Kuczynski (PPK) no ganaba las elecciones, era su retiro de la política y probablemente su recién creado Peruanos por el Kambio (PPK) no iba a sobrevivir. No ha sido así. Ambos alargan su permanencia un lustro más.

¿Necesita PPK de su PPK para gobernar? Entre la confusión de las siglas de su nombre y partido, todo parece indicar que no, por lo que terminaría así una historia más de partidos personalistas. No es una visión fatalista, pues ya a estas alturas de su llegada al poder, Perú Posible y el Partido Nacionalista parecen partidos de masas.

Peruanos por el Kambio fue creado para aupar la candidatura de PPK para estas elecciones, pues las pasadas, la Alianza por el Gran Cambio no le trajo réditos en ningún sentido. No capitalizó, salvo la experiencia como candidato. Su actual organización sí tuvo éxito, pero carece de una mínima estructura cohesionadora, más allá de las adhesiones a PPK. Es un conglomerado de personas tan dispar como de variado origen político, en lo que hoy es la tercera fuerza del Congreso que, si bien tiene un núcleo experimentado, solo posee el 14% del total de la representación nacional.

PPK está preocupado por armar su equipo de gobierno. Aquí juegan mucho las redes y relaciones directamente vinculadas a él, pero no asoman aún operadores políticos suficientes como para desarrollar relaciones ni con los partidos ni con tan diversos actores como los movimientos regionales y locales, por solo citar algunos.

Pero más allá de hacer viable su gobierno, PPK tiene la gran oportunidad de sentar las bases de un partido liberal y democrático. Un partido de derecha en serio, allí donde varios han fracasado a lo largo de nuestra historia. De lo contrario, su gobierno no dejará nada más que un recuerdo.