Si seguimos el Índice de Competitividad Regional del Instituto Peruano de Economía (2015), que mide variables como educación, salud, infraestructura, trabajo e instituciones, vemos que de las 7 regiones donde ganó Verónika Mendoza (VM), solo 2 se ubican en el tercio inferior del ránking (Huancavelica y Puno), y que de las 16 regiones donde ganó Keiko Fujimori (KF), solo 4 están en el tercio superior del ránking (Tumbes, Lima, Ica y Madre de Dios). Es importante tener estos datos en cuenta, pues creo que es un error vincular el apoyo territorial que recibieron estas dos candidatas con un genuino apoyo popular al cambio o la continuidad del modelo económico, respectivamente.
Si bien hubo varios factores que promovieron que VM no pase a segunda vuelta, me parece que lo más relevante fue un rechazo masivo a una propuesta estatista, y aún de dudosas credenciales democráticas, y cuyo efecto más negativo habría sido polarizar el país entre "mozos vs. comensales", como lo hizo el nefasto video de las 48 horas (Parte 1 y 2), que –intuyo– fue producido por simpatizantes de VM.
La segunda vuelta entre PPK y KF, sin duda, traerá esfuerzos por diferenciarse, pero creo que no conllevará una polarización en la que se tilde de "inmorales" a esos 4/10 peruanos que votarán por Fuerza Popular (como se habría también tildado injustificadamente de "terroristas" a quienes hubiesen apoyado a VM). Necesitamos que el país se reconcilie, y eso debe incluir al nuevo fujimorismo y la nueva izquierda.
El nuevo Congreso, en el que estarán representados más espectros ideológicos que en el actual, será un escenario propicio para que el nuevo fujimorismo y la nueva izquierda nos muestren sus credenciales democráticas. Y no hay mejor manera para eso que trabajando juntos por encontrar consensos, para lo cual será imprescindible que el fujimorismo balancee su poder concretando la cesión a la oposición de comisiones claves, como lo ofreció KF en el debate sobre Inteligencia y Fiscalización.
#YoSoyVraem