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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Al comparar los resultados de la primera y segunda vuelta electorales, se hace evidente que el llamado de Verónika Mendoza (VM) a votar por PPK tuvo un impacto en el sur. Aunque algunos creen que la actitud de VM muestra que ha nacido una nueva izquierda capaz de tender puentes, yo creo que hay que ir más despacio antes de llegar a conclusiones.

El llamado de VM a votar por PPK no se basó en coincidencias, que bien pudo encontrarlas en libertades civiles y medio ambiente, sino en cerrarle el paso al fujimorismo. Si bien es posible que la actitud frentista/principista mostrada por VM durante la campaña haya sido solo una estrategia, también es posible que esta vaya a ser la constante del Frente Amplio (FA).

Mis amigos de izquierda piensan que el FA no encarnará esa izquierda moderna, y mis amigos de derecha piensan que las banderas que el FA levanta, como ordenamiento territorial y diversificación productiva, son excusas para oponerse a cualquier actividad económica. En lo personal, quisiera que el FA sea el origen de la izquierda moderna que necesitamos. Una que crea, por ejemplo, que es posible conciliar medio ambiente y mercado, y que acoja propuestas sensatas para ello.

La verdad, creo que aún es prematuro saber cómo actuará el FA. Por ejemplo, por más que decían que no harían una 'hoja de ruta' en primera vuelta, cuando Gustavo Guerra García responde a los cuestionamientos de Rosa María Palacios, le indica que, en verdad, ellos no buscaban cambiar todo sino parte del capítulo económico de la Constitución.

En un contexto de proyectos extractivos truncados por razones ambientales, urge identificar dónde aterrizará el FA en lo económico. ¿Planteará propuestas realistas para el ordenamiento territorial y la diversificación productiva, o usará estas banderas para promover un impacto cero en el medio ambiente? El tiempo lo dirá.