¿Feliz Navidad?

“Así que será una Navidad rara. Sin entonar villancicos, si eso implica quitarse la mascarilla, sin abrazos, sin besos…”
¿Feliz Navidad?

A pocos días de la Navidad, una se pregunta si, además de un año, hemos perdido la celebración de una fiesta que llama a los mejores sentimientos.

Me temo que sí. La segunda o tercera ola de la pandemia se ha vuelto a hacer presente. En Estados Unidos, se han batido escalofriantes récords. 250,000 infectados en 24 horas. Y unas cifras de muertos terribles. Pero en Alemania también se baten récords. Merkel ya no sabe qué más cerrar para frenar el avance del monstruo.

En España, una vez más, el gobierno central, liderado por Pedro Sánchez, ha dejado en manos de los gobiernos regionales decidir qué hacer. Valencia, una de las mejores ciudades del mundo para vivir, en la que tengo la suerte de residir, y que tan bien iba en días pasados, empieza a registrar números fatídicos. A tal punto que se ha cerrado la región: prohibido entrar o salir de ella. Y prohibido reunirse más de seis personas en Navidad. Y no más de dos núcleos familiares. Casi, casi, mejor cenar solo. Porque la opción de la reunión es temeraria. Los embates que estamos sufriendo tienen su origen en el Día de Acción de Gracias, en el Black Friday, y en España, en el puente del 8 de diciembre.

Por eso hay que poner coto a la tendencia de la gente a juntarse con amigos, familiares y allegados.

Así que será una Navidad rara. Sin entonar villancicos, si eso implica quitarse la mascarilla, sin abrazos, sin besos… Pero tengamos fe. La vacuna ya ha empezado a aplicarse. Terminará llegando a todos. Y quizás el próximo año, por estas fiestas, mientras nos comemos el panetón, o brindamos con buen vino, recordemos este año como el peor que hemos vivido. Pero, al menos, si lo podemos recordar, es señal de que estamos vivos. Y seguro que los de nuestro alrededor también. Lo afirmo: ¡feliz Navidad!

“Será una Navidad rara. Sin entonar villancicos, sin abrazos, sin besos… Pero tengamos fe”.

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