/getHTML/media/1238503
Rubén Vargas sobre inseguridad: "Se necesita inteligencia no estado de emergencia"
/getHTML/media/1238497
Gilmer Meza de Sutep Lima: "Ministro de Educación -Morgan Quero- debería de renunciar"
/getHTML/media/1238485
Alfonso Bustamante CONFIEP sobre inseguridad: "No hay liderazgo, hay ineficiencia"
/getHTML/media/1238306
Mariana Costa de Laboratoria habla sobre sus encuentros Obama y Zuckerberg en La del Estribo
/getHTML/media/1238304
Los mejores libros del siglo XXI según The New York Times | Biblioteca de Fuego
/getHTML/media/1238303
¿Cementos y fútbol femenino? Gabriel Barrio de Unacem en Marcas y Mercados
/getHTML/media/1238207
118 mujeres han sido víctimas de feminicidio en lo que va de 2024
/getHTML/media/1238198
Lo último: allanan la casa de 'Chibolín'
/getHTML/media/1237508
Hugo de Zela sobre viaje a EE.UU.: "Se intentó explicar al Congreso, pero Dina no quiso"
/getHTML/media/1237506
Abraham Levy: "Hay mucho desinterés sobre los incendios forestales"
/getHTML/media/1237484
Darío Sztajnszrajber, filósofo: "Aprendamos a vivir el amor también con sus sombras"
PUBLICIDAD

Feliz día en medio de la despaternalización

Imagen
Fecha Actualización
Roberto Lerner,Espacio de crianzahttp://blogs.educared.org/espaciodecrianza/

Cada vez más mujeres quieren ser madres, pero no tener pareja. No es una moda de las clases acomodadas o de sectores intelectuales. Es una tendencia discreta, una idea que no necesariamente se concreta. Pero está presente, como posibilidad y deseo. Lo constaté en conversaciones con asistentes a charlas que dicté en Chincha, Cañete y Huamanga. No es, pues, algo exclusivo de la capital.

"De todas formas se terminan yendo", me dice una mujer que bordea la treintena. "Hay muy pocos hombres que se quieren comprometer", afirma otra. "Si una escoge con cuidado, por lo menos puede estar segura de la materia prima. Choque y fuga, y ni siquiera se lo tienes que decir", decreta una tercera.

Y, así, entre la reproducción disfrazada de sexualidad recreacional y la posibilidad de acudir a bancos de esperma, la paternidad se diluye y no pocos hombres tienen hijos y nietos desconocidos. Si le añadimos a ello demasiados varones que conocen a los hijos, pero se ausentan de sus vidas, caminamos hacia una sociedad despaternalizada.

Y, sin embargo, si dejamos de lados los ñandúes, los peces pico y algunas ranas, los papás humanos hacemos por nuestras crías todo lo que los machos de casi ninguna otra especie: acompañamos el embarazo de nuestras parejas, protegemos, jugamos, hacemos reír, producimos situaciones aparentemente peligrosas que enseñamos a superar, cavamos huecos en la arena, instruimos reglas, modelamos conductas y somos los cómplices en la aventura de la vida. En medio de la pasión futbolera, un feliz día para los padres que sabemos que lo somos, que sabemos serlo, que queremos serlo, que nos gusta serlo.

TAGS RELACIONADOS